El Hyundai i30 fue el modelo de asentamiento en Europa de la marca coreana y el primero que introdujo la actual denominación de gamas con la i latina y un número que marcaba el segmento, un recurso fácil para identificar los modelos que practican muchas firmas automovilísticas europeas.
La segunda generación del i30 tenía el trámite obligado de ser un salto cualitativo importante como ha hecho en todo relevo generacional Hyundai con sus diferentes modelos. Pero en este caso, acuciado por ese reto de tratarse de su líder de ventas.
De ese trámite no podía escaparse la versión familiar o CW del compacto de Hyundai, inspirado también en el lenguaje de escultura fluida, esa terminología poética que tanto eco encuentra en el estilo de las marcas orientales.
Aprendido este concepto, la verdad es que uno se da cuenta, viendo el coche, que hay una línea de diseño muy ágil, atractiva, con mucha aerodinámica y sucesivos guiños a una deportividad bien dosificada en el conjunto de la carrocería. Movilidad en parado, en suma.
El i30 CW no se aparta del guión de la generalidad de la gama hasta el pilar central y desde esa parte hasta la zaga tiene un ADN muy propio.
De este modo, en la parte delantera, simplemente recordar la rejilla hexagonal, identificativa de Hyundai, y subrayada en esa faceta en la inclusión del logotipo, junto a los faros de diseño futurista, muy puntiagudos y estrechos.
La línea lateral se traza sobre una alta cintura y levemente progresiva hasta terminar en la tercera ventanilla, que da paso a una trasera con portón con pliegues muy pronunciados que realzan la estética y conceden a la zona una línea de apertura del maletero muy baja, para facilitar las labores de carga.
La historia de esta versión CW, con todo, radica en el interior, donde se han estudiado con mucho detalle las cotas de habitabilidad y, sobre todo, se le confiere carácter de vehículo familiar y de ocio, con un maletero de sorprendente capacidad en 528 litros, extensible a 1.642 con los asientos de la segunda fila abatidos. Esta capacidad de carga operativa con cinco asientos se acerca bastante a la del i40 CW, del segmento superior, lo que da una idea de cómo ha tratado Hyundai esta faceta.
Se ha trabajado en aspectos fundamentales como elevaciones en cotas como la altura de los asientos delanteros, el espacio entre piernas y entre hombros, y se añade la consecución de un más fácil acceso a las plazas traseras gracias a una importante reducción en la altura del túnel central. En cotas exteriores se suma una carrocería más ancha y más alta.
Los elementos de a bordo también se han beneficiado de importantes modificaciones, como la guantera que pasa de una capacidad de 5,8 a 8,5 litros, o los espacios para botellas.
Pequeños detalles, sin duda, que recogen demandas de posibles clientes potenciales y que hace más grata la vida a bordo, porque junto a estos pormenores se conforma una comodidad proverbial en los asientos delanteros, con suficiente espacio para estirar piernas y no golpearse con algún saliente del salpicadero, además de una acertada disposición de elementos de control y dispositivos. A la postre, es un coche ergonómicamente logrado.
Si de rodar se trata, para la prueba, la selección se ha hecho sobre el motor diesel 1.6 de mayor cilindrada, 128 CV, que convive con otro de la misma capacidad, pero 110 unidades de potencia, además de la única opción gasolina, también 1.6 de 135 CV.
Un esquema motriz sencillo y que, en el ejemplo del motor diesel de 128 CV, se ha mostrado suficiente para aprovecharse de una conducción gratificante y con plenas garantías en recuperaciones, que ejecuta con rapidez.
El motor tiene ya empuje desde la parte baja del cuentavueltas y mantiene la tónica de esa alegría hasta algo por encima de las 4.000 vueltas. A este aval sobre prestaciones une un silencio de marcha que acentúa el confort general del coche. Factores asociados al mismo, como el consumo, encuentran el refrendo de unos interesantes 6 litros de media cada cien kilómetros en prueba, ejecutada ésta en su gran mayoría sobre carretera. El trámite de ciudad lo pasó también con unos registros contenidos que no se iban mucho más allá de los ocho litros.
A esta contención de consumos ha contribuido la dotación a esta versión motriz de una caja de cambios manual de seis relaciones, recientemente introducida, ya que en el catálogo de lanzamiento, del mes de mayo, la única opción asociada a este propulsor era una transmisión automática.
De esta caja manual se pueden sacar buenos rendimientos por lo ajustado de sus desarrollos y la ayuda del sistema de aviso de cambios que actúa con bastante precisión. Los desarrollos están bastante ajustados y la sexta queda en ese posicionamiento agradecido de optimización del gasto de carburante.
En sus capacidades dinámicas, el i30 CW parte de una buena porción en la carrocería de aceros de alta resistencia con tres travesaños enganchados a los anclajes de la suspensión delantera o trasera, con la finalidad de aumentar la rigidez.
Las suspensiones, totalmente independientes ambas, facilitan una rodadura muy asentada al firme, muy regular en todo momento y fácilmente adaptable a las condiciones del piso. No transmite balanceos al interior. La buena operatividad de la dirección ayuda en una trazada eficaz en todo momento y ajustada al movimiento de volante.
Como opción, el i30 CW incorpora el llamado sistema Flex Steer, con tres modos de funcionamiento (confort, normal y deportivo), con el que el conductor puede variar el nivel de asistencia y respuesta de la dirección para obtener una mejor adaptación a las circunstancias de guiado de cada momento.
Por ejemplo, en el confort presta mayor asistencia eléctrica, lo que aligera la resistencia del volante y maniobrar con el mínimo esfuerzo. Es ideal para una conducción urbana y para aparcar.
La economía del coche ya no tiene el punto de partida de marca coreana como sinónimo de coche barato. Ahora está alineado con su competencia europea, pero simultáneamente Hyundai se ha colocado también en posiciones parejas en fiabilidad y algo por encima en dotaciones de equipamiento, aquí, como siempre, con un catálogo prolijo en confort y seguridad. No falta nada con un único desembolso.
Por cierto, a las ayudas del Plan PIVE suma en este coche una oferta de 2.750 euros, así como sus programas de ayudas a familias numerosas y clientes que se queden en el paro, junto a programas de mantenimiento ventajosos en el apartado económico.