Los otros 14 miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas apoyan la intervención militar de Francia en Malí para expulsar a los islamistas del norte del país africano, según ha informado el embajador galo en la organización internacional, Gerard Araud.
"Francia tiene la comprensión y el apoyo de los otros 14 miembros del Consejo de Seguridad", ha dicho Araud, a su salida de la reunión de urgencia que el órgano ejecutivo de la ONU ha celebrado hoy "para analizar la situación en Malí", a petición de la delegación gala.
No obstante, ha subrayado que Francia confía en que la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) despliegue sus tropas "lo antes posible", apuntando a que podrían estar sobre el terreno "en los próximos días o semanas", según la cadena BBC.
El Consejo de Seguridad autorizó el pasado mes de diciembre, en la resolución 2085, el despliegue de una fuerza internacional, dotada con 3.300 efectivos, para ayudar a las fuerzas malienses a recuperar el norte del país.
El ministro de Exteriores de Francia, Laurent Fabius, ha concretado esta semana que la fuerza internacional contará con 600 uniformados de Nigeria, 500 de Níger, Togo, Senegal y Burkina Faso, cada uno, y 300 de Benín.
La operación francesa comenzó el pasado viernes, cuando el presidente galo, François Hollande, anunció que su Gobierno atendería la petición de ayuda militar formulada por las autoridades malienses, ante la ofensiva lanzada por los islamistas.
De momento, Francia ha desplegado 550 efectivos en la ciudad de Mopti y en la capital maliense, Bamako, aunque, según fuentes del Ministerio de Defensa consultadas por la agencia de noticias Reuters, podrían alcanzar los 2.500 en los próximos días.
Las tropas francesas han bombardeado los bastiones islamistas en la ciudad de Gao y han ayudado a las fuerzas locales a recuperar la de Konna. No obstante, los rebeldes han tomado la de Diabaly, según ha confirmado el ministro de Defensa, Jean-Yves Le Drian.
El balance de víctimas es de al menos 11 soldados malienses y un francés muertos, por un lado, y de más de un centenar de milicianos fallecidos, por el otro. Además, las agencias humanitarias han indicado que miles de civiles han comenzado a huir de la zona.
CRISIS POLÍTICA
La crisis política en Malí se desató el pasado mes de marzo, cuando un nutrido grupo de militares descontentos por la falta de recursos suministrados por el Gobierno para combatir al Movimiento Nacional de Liberación del Azawad (MNLA) en el norte dio un golpe de Estado.
Aprovechando el caos institucional, los rebeldes tuareg se hicieron con el control de las tres regiones que forman el Azawad --Tombuctú, Kidal y Gao-- y proclamaron unilateralmente su independencia, aunque este movimiento no contó con el reconocimiento de la comunidad internacional.
Sin embargo, los grupos islamistas presentes en el norte de Malí --Al Qaeda del Magreb Islámico (AQMI), el Movimiento de Unidad para la Yihad en África Occidental (MUYAO) y Ansar Dine--, rápidamente expulsaron al MNLA del Azawad, donde, desde entonces, imponen la 'sharia'.