El presidente de la Junta, José Antonio Griñán, ha anunciado este miércoles la presentación de una Ley de Garantía para la Sostenibilidad del Servicio Público de Salud de Andalucía que tendrá como objetivo "preservar su acceso universal, asegurar la totalidad de prestaciones a todos los ciudadanos y evitar barreras de acceso".
Durante su discurso inicial en el Debate sobre el Estado de la Comunidad, Griñán ha expresado su convencimiento sobre la "viabilidad" del sistema sanitario público, aunque ha defendido que "sería bueno debatir sobre el modelo, el carácter público, el sistema integrado o la privatización de servicios" porque desde Andalucía defendemos un sistema "de carácter universal" frente a otros que optan por "excluir inmigrantes, prestaciones o plantear copagos".
"Lo hacemos con una austeridad que significa no recortar derechos porque elegimos siempre quién tiene que asumir el coste", ha defendido el jefe del Ejecutivo andaluz, que ha puesto como ejemplo la subasta de medicamentos, "con la que se pueden ahorrar 200 millones si no nos la recurren pero el coste no lo asumen los ciudadanos".
Griñán también se ha comprometido a "preservar y potenciar" la red de servicios sociales comunitarios con el apoyo de los profesionales del sector y "de manera homogénea para toda Andalucía".
El presidente ha indicado que todas las encuestas de opinión destacan el gran aprecio que el pueblo andaluz muestra, año tras año, hacia su sanidad, tanto por la extraordinaria competencia de nuestros profesionales sanitarios como por el modelo que hemos ido construyendo.
Un modelo, según ha señalado, que desde la atención primaria a la especializada, desde los centros de salud a los hospitales, desde la investigación a la formación; desde los trasplantes a los cuidados de enfermería; desde las urgencias a la rehabilitación, ha sabido ser austero y, a la vez, altamente eficaz y competitivo.
A su entender, tal vez la razón que más influye en la alta consideración de nuestra sanidad pública es que presta la misma atención a los que tienen recursos que a los que no los tienen, a todos por igual "y sin discriminación alguna". Para Griñán, no es posible imaginar un ejemplo más nítido de equidad y solidaridad.
Ha señalado que en Andalucía se ha construido un servicio de salud que garantiza la equidad y del que hemos de sentirnos orgullosos por muchas razones, como el hecho de que Andalucía es la comunidad autónoma que invierte un mayor porcentaje de su presupuesto en atención primaria; por el esfuerzo adicional en el ámbito rural, donde hemos desplegado los hospitales de alta resolución; por haber garantizado el principio de universalidad, y por haber impulsado un acceso más equitativo a los procedimientos más complejos y a las tecnologías más avanzadas.
Ha insistido en que en Andalucía se asegura la gratuidad de todas las prestaciones, incluso en aquellas en las que era opcional establecer mecanismos de copago.
"No todos tenemos el mismo concepto del sistema sanitario", según Griñán, para quien sería bueno debatir sobre el modelo, sobre el carácter público del sistema, y sobre la prestación de servicios.
Ha indicado que donde otros excluyen prestaciones, nosotros extendemos servicios, y donde otros aplican el copago, nosotros lo evitamos, lo limitamos o introducimos mecanismos que hacen innecesario adelantar el dinero, a diferencia de lo que sucede en otras comunidades autónomas. Todo ello se hace, según ha precisado, "con una que no recorta derechos porque elige quiénes deben asumir el coste del ahorro".
Así, ha mencionado que la subasta de medicamentos, si no nos impiden aplicarla, puede ahorrar 200 millones de euros sin que los ciudadanos asuman el coste, sino las compañías farmacéuticas, a diferencia de las medidas sobre farmacia del Gobierno de la nación cuyo "ahorro" ha supuesto que los pensionistas de este país hayan tenido que aportar 384 millones de euros sólo en el año 2012.
PRESERVAR LOS SERVICIOS SOCIALES
De otro lado, el presidente se ha referido al asunto de los servicios sociales comunitarios, para expresar su preocupación por el hecho de que, sin haber alcanzado todavía el nivel de desarrollo de los servicios sociales de otros países europeos, el recorte de los recursos para financiarlos pueda truncar su desarrollo.
Ha indicado que el Gobierno de la Nación ha decidido unilateralmente retirar en solo dos años, 7 de cada 10 euros de los que aportaba, un "ajuste brutal que ha puesto en grave riesgo un sistema imprescindible para sostener la red de servicios sociales".
En este sentido, ha anunciado que su Gobierno va a preservar, potenciar y desarrollar la Red de Servicios Sociales Comunitarios, con el apoyo de trabajadores sociales, educadores, psicólogos y el resto de profesionales del sector, de una manera integrada, coordinada y homogénea para toda Andalucía.
Se ha mostrado convencido de que los servicios sociales comunitarios "son los garantes de la equidad en el acceso y en la percepción de las prestaciones" y ha lamentado que haya quienes opten por "un mercado de servicios en el que cada persona pueda acceder a aquellas prestaciones que pueda pagar". * Griñán ha aludido también a cómo se está "bombardeándo" la Ley de la Dependencia, que significó un verdadero hito en el desarrollo de nuestro estado social. Ha señalado que el Gobierno central ha reducido de forma dramática, su aportación y hoy Andalucía, que teóricamente tenía que aportar el 50 por ciento, ya hace frente a más del 75 por ciento del coste de la dependencia, tratando de mantener el sistema con 250 millones de euros menos que ha dejado de aportar el Ejecutivo nacional para el mismo colectivo que veníamos atendiendo.
De otro lado, el presidente ha expresado su preocupación por el problema social de la violencia machista, apuntando que debe ser la propia sociedad la que asuma el papel decisivo para su erradicación. "Una empresa colectiva que ha de profundizar aún más en la realidad de la violencia de género", según ha indicado Griñán, para quien hay que corregir esa tendencia "equivocada a equiparar la violencia de género con el maltrato físico".
Ha recalcado que no cabe tolerancia alguna con los comportamientos que se ensañan con los más débiles o que pretenden su sumisión mediante el ejercicio de la coacción moral o física. De ahí, según ha apuntado, la importancia que tiene una educación comprometida con la igualdad de género, que inculque desde la niñez el valor de la igualdad.