La sucursal de Unicaja en Gaucín ha quedado hoy destruida tanto interior como exteriormente a causa de una explosión en su cajero automático provocada por un desconocido que introdujo gas, en lo que se considera un intento de robo. No se han producido daños personales, aunque sí cuantiosos daños materiales, según han informado fuentes de la investigación.
La cámara de la oficina ha grabado a un encapuchado con una bombona en la mano junto al cajero. La puerta exterior de la sucursal ha sido lanzada a 15 metros de distancia por la explosión y la corredera metálica interior ha acabado al lado contrario del local, mientras los cristales de las ventanas -de considerable grosor- han resultado rotos a consecuencia de la onda expansiva.
La detonación, oída en todo el pueblo, ha sido de tal magnitud que se cree que la estructura del inmueble podría haber resultado dañada, según la primera percepción y el alcalde, Francisco Ruiz, ha asegurado que los peritos han visitado las viviendas colindantes para comprobar si están afectadas. Los cajetines de los billetes del cajero, situado en el vestíbulo de la oficina, tenían todo el dinero que debía haber en el momento anterior a la explosión, que se ha producido pasadas las 3.30 horas de la madrugada.
De los más de 7.000 euros que contenía el cajero automático de la sucursal, sólo se llevaron 150 euros, según informó el alcalde del municipio, Francisco Ruiz. El primer edil señaló que "no sabemos si no les ha dado tiempo a coger el dinero, o si se les fue la mano", al tiempo que explicó a los medios que se utilizó gas para provocar la explosión. También precisó que no se han llevado documentación y que tampoco tocaron la caja de seguridad.
De momento, la única pista fiable son las imágenes de las cámaras de seguridad, donde habría quedado registrada la llegada de un hombre que vestía pantalón vaquero, camisa de camuflaje y llevaba la cara cubierta
La cámara de la oficina ha grabado a un encapuchado con una bombona en la mano junto al cajero. La puerta exterior de la sucursal ha sido lanzada a 15 metros de distancia por la explosión y la corredera metálica interior ha acabado al lado contrario del local, mientras los cristales de las ventanas -de considerable grosor- han resultado rotos a consecuencia de la onda expansiva.
La detonación, oída en todo el pueblo, ha sido de tal magnitud que se cree que la estructura del inmueble podría haber resultado dañada, según la primera percepción y el alcalde, Francisco Ruiz, ha asegurado que los peritos han visitado las viviendas colindantes para comprobar si están afectadas. Los cajetines de los billetes del cajero, situado en el vestíbulo de la oficina, tenían todo el dinero que debía haber en el momento anterior a la explosión, que se ha producido pasadas las 3.30 horas de la madrugada.
De los más de 7.000 euros que contenía el cajero automático de la sucursal, sólo se llevaron 150 euros, según informó el alcalde del municipio, Francisco Ruiz. El primer edil señaló que "no sabemos si no les ha dado tiempo a coger el dinero, o si se les fue la mano", al tiempo que explicó a los medios que se utilizó gas para provocar la explosión. También precisó que no se han llevado documentación y que tampoco tocaron la caja de seguridad.
De momento, la única pista fiable son las imágenes de las cámaras de seguridad, donde habría quedado registrada la llegada de un hombre que vestía pantalón vaquero, camisa de camuflaje y llevaba la cara cubierta
