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La tribuna de Viva Sevilla

La capillita de San José (y II)

Los ciudadanos deben empezar a conocer más su ciudad. A veces nos consideramos el ombligo del mundo y no hemos sabido compaginar la arquitectura tradicional y la contemporánea, algo que sí han sabido hacer muchas ciudades europeas. Tenemos un país rico en arte, único. Sepamos cuidarlo, mimarlo.

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No podemos obviar la categoría del retablo de Cayetano de Acosta, obras de  Lucas Valdés, Pedro Roldán y Duque Cornejo, la Divina Pastora y el Cristo de Medinaceli. En la sacristía, el padre Fernando Linares Fernández cuenta a quien quiera la historia de la capillita y no ceja en su empeño de mantenerla dignamente desde que llegara a ella la Orden a principios del siglo XX, justo después de haber estado a punto de caer bajo la piqueta en el afán de ensanches decimonónicos, en un proyecto de unir la plaza del Salvador con Tetuán.


En 1912 fue declarada Monumento Nacional y hay que saber que hacia 1509 se edificó allí una capilla dedicada al Santo Patriarca San José que fue demolida en 1687. Un año después se empezaría a levantar la actual con los mejores maestros barrocos de Sevilla bajo los auspicios del Gremio de Maestros Carpinteros, que la abandonó a finales del siglo XIX, cuando las asociaciones gremiales perdieron su fuerza social y económica.


En 1916 ya había una comunidad capuchina estable en la capilla, aunque algo antes, cuando les fue cedida, sólo llegaba un fraile a decir misa. De ahí en adelante, hasta seis capuchinos como máximo llegaron a habitar en ella. Merece la pena recorrer con detenimiento esta capillita plagada de pequeños detalles que pasan inadvertidos entre el esplendor del retablo mayor y las devociones al Cristo de Medinaceli, obra de Agustín Sánchez Cid, que atrae a multitud de devotos, flanqueado por dos paneles de fotografías de agradecidos a modo de exvotos; a la Divina Pastora, plasmada en la imagen de la Virgen con el Niño realizada por Juan Luis Guerrero en 1916, y, por supuesto, a los capuchinos Fray Leopoldo, San Pío de Pietrelcina y al Beato Diego José de Cádiz, del que se conserva enmarcada una carta manuscrita.


No dejen de admirar la representación de la muerte de San José, de Pedro Roldán, una iconografía pocas veces vista, y los dos maravillosos retablos enfrentados con imágenes atribuidas a Duque Cornejo: los desposorios de San José y Santa Ana y ésta con la Virgen Niña, el Cristo de las Angustias de la escuela granadina, el Descanso de la Huida a Egipto de la escuela veneciana y el magnífico órgano, sobre el que linda parte del artesonado de la antigua capilla.


Con todos estos datos, ¿ creen ustedes que no merece la pena conservar tanta belleza?
Desde la más absoluta humildad esperamos resolver o al menos participar activamente en tareas pendientes de nuestro Patrimonio Cultural. Nada de confrontaciones. Ni de vinculaciones partidistas. Voluntad. Consenso. Sentido común. El objetivo es compaginar lo tradicional con lo nuevo, salvaguardar el inmenso patrimonio artístico que atesora España. Y no olvidar que el arte es uno de los principales motores de la sociedad.


Prestigiosos periodistas del Reino Unido y Francia especializados en información cultural, arte y viajes visitaron en enero Sevilla para conocer la oferta de la ciudad en materia cultural y,  especialmente, el patrimonio.  Con ello queremos dejar patente lo importante que es para una ciudad su patrimonio. Estas noticias favorecen mucho la difusión cultural y Sevilla debe empezar a valorar más su rico legado.

Los ciudadanos deben empezar a conocer más su ciudad. A veces nos consideramos el ombligo del mundo y no hemos sabido compaginar la arquitectura tradicional y la contemporánea, algo que sí han sabido hacer muchas ciudades europeas. Tenemos un país rico en arte, único. Sepamos cuidarlo, mimarlo. Sintámonos orgullosos.

Que cada ciudadano, desde su pequeña aportación diaria, ayude a conservar su ciudad. No hace falta a veces dinero: simplemente gestos, comportamientos.  Que cada rincón sea algo nuestro, limpio, bello, decente.


Desde esta tribuna animamos a todos los que amen la cultura a unirse a nuestra asociación para que, a través de este tipo de iniciativas, se puedan conseguir  la culminación de proyectos que sin duda revertirán en nuestra sociedad.
Gracias a todos los que habéis contribuido a que este sueño se haga realidad. Gracias.

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