Un matrimonio de conveniencia

Dicen que comienza a sentir el peso de la soledad, pero yo no me lo creo. Rodríguez Zapatero no es de los que se amilanan ante la dificultad sino que busca puertas de salida. De manera que aunque es verdad que el Gobierno y el PSOE sufren de soledad parlamentaria, y es aún más verdad que el presidente ha perdido credibilidad, esto no significa que esté a punto de naufragar. Sólo hay que pasearse por los pasillos del Congreso para ver los gestos amistosos que los dirigentes socialistas, Zapatero y ministros incluidos, dispensan a los parlamentarios de Esquerra Republicana de Cataluña.

Sí, Esquerra Republicana es la puerta de salida para Zapatero, su salvavidas para no naufragar en la crisis. No es que Esquerra vaya a apoyar a Zapatero gratis, ni mucho menos, pero los dirigentes de Esquerra también hacen sus propios cálculos y saben que con Zapatero siempre les irá mejor que con el PP. De manera que los socialistas tendrán que hacer encaje de bolillos para encontrar una fórmula que satisfaga a Esquerra en relación con la financiación de Cataluña, porque ahí está la clase de su alianza. Mientras tanto, Esquerra se deja querer, un día vota con el PSOE, al día siguiente le da la espalda, al otro se hacen los interesantes, pero los socialistas no cejan en su empeño, confían en que se conviertan en sus socios preferentes y que les ayuden a terminar la legislatura.

La pregunta es qué gana Esquerra ayudando a Zapatero y la respuesta es que si consiguen sacar a Zapatero todo lo que le piden pueden vender en Cataluña que realmente son ellos los que tienen la sartén por el mango en Madrid y no el presidente de la Generalitat, José Montilla. Además, los hombres de Esquerra se han acostumbrado a pisar moqueta, al despacho oficial y sobre todo a gestionar dinero que gastan como les viene en gana, de manera que no están dispuestos a volver a convertirse en un partido testimonial y saben que apoyar a Rodríguez Zapatero a ellos les da fuelle.

Por eso no me creo que el presidente Zapatero se sienta abrumado por su actual soledad parlamentaria, ya que tanto él mismo como sus escuderos están cortejando a los dirigentes de Esquerra para intentar cerrar acuerdos. Otra cosa es cuánto nos va a costar al resto de los ciudadanos ese matrimonio de conveniencia.