Hace unos años nadie hubiera pensado que el bipartidismo establecido por defecto durante más de tres décadas está llegando a su fin, nadie hubiera pensado que unos pocos ciudadanos armados de palabra, ideales y valores llegarían para arrebatar el poder a quienes se han instalado en él, haciéndolo suyo hasta el punto de gobernar sin contar con sus representados.
Pues bien, la realidad implantada a golpe de voto tras las elecciones europeas del pasado día 25 de mayo ha desestabilizado los cimientos de los que se hacían llamar valedores de los intereses generales, que al fin y al cabo, no eran más que los propios de quienes creían ser señores del poder absoluto de por vida. Partido Popular y Partido Socialista Obrero Español se han visto desbordados por tanto desencanto y desesperación, quienes de verdad ostentan el poder les han dado una bofetada democrática en toda regla, han vuelto a manifestarles a través de las urnas que si ellos no defienden los intereses de los ciudadanos, serán otros quienes tengan esa oportunidad.
Tanto ha golpeado el resultado a estos partidos, que el propio Secretario General de los Socialistas Españoles, Sr. Rubalcaba, ha convocado un Congreso Federal Extraordinario para la elección de una nueva ejecutiva federal, lo que pone de manifiesto no solo la dureza del resultado, sino también, que no han entendido nada de lo que la ciudadanía y sus propios afiliados les pedía y siguen sin entenderlo.
No han entendido que los ciudadanos y sus bases les reclamaban continuamente que hicieran valer sus siglas, y por tanto, que pusieran en práctica un verdadero SOCIALISMO, que pusieran en práctica una verdadera defensa del OBRERO y que éstos también quieren ser partícipes de las designaciones de responsables institucionales y orgánicos, así como de las líneas maestras de la acción política.
Cuando el Sr. Felipe González baja al espacio terrenal para defender la decisión de la actual dirección del PSOE, lo hace sin duda, para defender a sus patrocinados, para defender el te doy algunos carguitos y algunos pueblos para que apoyes una misma estructura de poder político dentro de la organización, porque si se implantan las primarias para que los militantes de base voten su nueva dirección, entonces el proceso sería incontrolable, no habría posibilidad de negociación, no habría posibilidad de mantenimiento de los privilegios para la casta elegida, entonces, claro, sería un Partido Democrático.
En fin, si en esta convocatoria electoral hemos asistido a la dispersión del voto de la izquierda, puede que próximamente asistamos también a la atomización del PSOE.