Después de unas elecciones al Parlamento Europeo llena de sorpresas y declives de algunos partidos, llega una serie de descalificaciones hacia lo votado. La gente habló en las urnas, aunque no toda la que se esperaba, pues la abstención sigue siendo alta.
Algunos piensan que tienen el voto del ciudadano de por vida, y eso hay que ganárselo, y no sólo con palabras, sino con hechos, que luego llega la hora del votante, ese tan olvidado durante toda una legislatura, que además de aguantar la que está cayendo, es ninguneado por votar lo que no es del agrado de algunos. Respeto al ciudadano, respeto al votante.