Una semana más sin que aparezca el hombre que cautivó el corazón de Guliana Piterà en Cádiz en la noche del pasado 14 de agosto en el Castillo de San Sebastián. Aunque la esperanza es lo último que se pierde, lo cierto es que van menguando, porque pasan los días y no se tienen visos del encontrar al príncipe azul de esta amable italiana que quiso compartir sus sentimientos con los gaditanos.
Giuliana sigue agradeciendo los “muchisimos correos de españoles” que ha ido recibiendo transmitiéndoles su cariño y cercanía. “Me han enseñado que todavía hay gente con ganas de soñar y creer que hay magias que se pueden cumplir en el 2014”.
La joven cuenta que auque hace tres semanas que regresó a Italia, su corazon sigue aquí en Andalucia, y en concreto en Cadiz, en el puente del Castillo de San Sebastian “y aquellos ojos y aquella sonrisa siguen con migo haciendome compañía en mi día a día”. Giuliana sigue dando datos de sobre su persona, con el deseo de que el chico de sus sueños lo lea, se identifique con ella y mueva ficha. “Soy una chica romántica y no me da vergüenza decirlo. Me gustan la personas sinceras y sencillas y los ojos de mi príncipe eran así. En aquellas largas miradas no había malicia, había estupor y felicidad, fue como reconocerse el uno a el otro, y eso no ocurre muy a menudo.”
Mientras espera que su sueño se haga realidad, sigue vivinedo en Napolés, trabajando como secretaria de día y dedicándose por la noche a estudiar flamenco, su gran pasión, “lo que me permitió descubrir una cultura y un país muy bellos, donde las personas te acogen como si fueras una vieja amiga, hablan de sí con candor y te piden que vuelvas pronto a verles”. Y es eso mismo lo que espera. “Volver muy pronto a Cadiz, ojalá para el Carnaval y quien sabe si quedarme a vivir allí”.
Una historia que se fraguó en La Caleta
Fue un amor a primera vista que se gestó una noche de verano en La Caleta, en el puente del Castillo de San Sebastián. El flechazo se produjo el pasado 14 de agosto justo antes de dar comienzo el espectáculo de la bailaora Sara Baras.
La joven se cruzó con un hombre que iba a acompañado por un amigo. Los dos se volvieron y se intercambiaron varias miradas, pero no llegaron a mediar palabra. Unos segundos eternos que resultaron más que suficientes para que esta italiana se quedara prendada de un chico alto, de piel clara, ojos grandes, y pelo castaño.
Giuliana confía en que su amado no sea de Cádiz y no haya tenido oportunidad de acceder a la información que se está publicando sobre ella. A este pensamiento se agarra como un clavo ardiendo para mantener la esperanza de encontrarlo algún día.