El central cumplirá un choque de sanción por su expulsión y otro por acumulación
Una de cal y otra de arena le ha dado el juez único de Competición al Cádiz en su resolución tras los encuentros de la jornada 34. Las dobles amarillas y sus posteriores comentarios al colegiado del Marbella-Cádiz, Figueroa Vázquez, le han costado sólo un encuentro a Fleurquin y Caballero. Sin embargo, Juanma Delgado estará dos partidos castigado, uno de ellos por sus expulsión con roja directa y otro por acumulación de amonestaciones. El preparador físico Juan Solla también ha sido sancionado con un encuentro. El encuentro de sanción a Juanma Delgado estaba más que claro por su expulsión con roja directa. Sin embargo, el ajuste de cuentas de Figueroa Vázquez con el Cádiz no concluyó con la finalización del choque. En el acta ya dejó de incluir la segunda amarilla al jugador del Marbella Alcaraz y también dejó una trampra para Juanma Delgado. Y es que el trencilla incluyó en el apartado de Otras incidencias que “el dorsal nº 6 D. José Manuel Delgado Moreno, del Cádiz CF, tras ser expulsado, permaneció la primera parte, al comienzo del tunel de vestuarios, haciendo caso omiso en varias ocasiones, de mis indicaciones para abandonar la zona”, algo que es considerado como una amonestación por los comités y en este caso por el juez único. Como el central onubense del Cádiz acumulaba cuatro amonestaciones, ha sido castigado otro encuentro más. Caballero y Fleurquin se perderán el próximo encuentro tal y como estaba previsto, aunque el concepto por el que se les castiga es diferente. Ambos fueron expulsados una vez concluído el partido. En el acta, Figueroa Vázquez deja claro que en el caso de Fleurquin lo expulsó directamente porque “se dirigió al árbitro asistente en los siguientes términos: ‘sois los tres unos sinvergüenzas’, por lo que fue expulsado”. Mientras, el caso de Carlos Caballero la redacción del acta dejó claro que era una expulsión por doble amonestación: “También amonesté al dorsal nº 21 D. Carlos Caballero Pérez, por dirigirse a mí haciendo observaciones y dándome al mismo tiempo unas palmaditas en la espalda. Cuando fue amonestado persistió en sus protestas gesticulando obstensiblemente, por lo que fue nuevamente amonestado y por consiguiente, expulsado”.