El PSOE ha aprobado su lista al Parlamento Europeo incluyendo de rondón a Ramón Jáuregui, y la verdad es que muchos nos preguntamos qué pinta Jáuregui en esa lista...
El PSOE ha aprobado su lista al Parlamento Europeo incluyendo de rondón a Ramón Jáuregui, y la verdad es que muchos nos preguntamos qué pinta Jáuregui en esa lista. Desde luego que tiene méritos y consistencia política suficiente para ser eurodiputado, pero mucho más para ser ministro. En realidad José Luis Rodríguez Zapatero ha desperdiciado el buen político que es Ramón Jáuregui, aunque no sólo le ha desperdiciado a él, sino a otros muchos.
Nunca nadie ha dirigido el PSOE de manera tan personalista, y me atrevería a decir que caprichosa, porque el factor principal para ser algo es caerle en gracia al jefe. Y claro, conociendo a Jáuregui y conociendo a Rodríguez Zapatero, no es extraño que no se entendiera con el político vasco.
Hay quien dice que Zapatero nunca perdonó a Jáuregui que no le apoyara para convertirse en secretario general, pero yo creo que el desencuentro es más profundo, simplemente son dos políticos muy distintos, tanto que difícilmente pueden comprenderse aún siendo compañeros de partido.
Pero Jáuregui no sólo no se ha entendido con Zapatero, también ha encontrado un hándicap en el portavoz José Antonio Alonso, cuya labor es discutida por sus propios compañeros de grupo. Eso sí, le critican en voz muy bajita temerosos de que sus críticas lleguen al gran jefe, es decir al presidente, habida cuenta de que Alonso está donde está por decisión exclusiva de Zapatero. No es que José Antonio Alonso no tenga capacidad sobrada para ser portavoz del PSOE en el Congreso, es que desde el primer día se le ha notado fuera de lugar. En su día transcendió que a Zapatero le costó convencerle para que fuera portavoz y, aunque le convenció, el Parlamento no es un lugar donde Alonso se mueva como pez en el agua.
Como ministro nadie le discutía, como portavoz en el Congreso sí. Pero donde hay patrón no manda marinero y Alonso ha sido dos veces ministro y ahora le toca la labor parlamentaria porque así lo ha decidido el presidente, de la misma manera que su falta de sintonía con Ramón Jáuregui, añadida a la falta de sintonía del propio Zapatero con Jáuregui, han terminado desplazando a éste de la primera línea política para enviarle a ese retiro dorado que es el Parlamento Europeo.
Naturalmente los protagonistas ponen cara de ser buenísimos amigos y de que estas informaciones sobre sus desencuentros son cosas de los periodistas. Pero la realidad es la que es por mucho que los políticos la intenten enmascarar y lo cierto es que la jubilación de Jáuregui no se debe a que éste aporte nada especial a la lista al Parlamento Europeo. Donde de verdad puede aportar Jáuregui es aquí y ahora, en el Gobierno o en el grupo parlamentario, en definitiva en la política nacional. Pero para eso hay que ser amigo de los jefes.