Los afectados de silicosis tienen claro que “el dinero lo mueve todo”. Saben que ellos están en la parte baja de una cadena, de una pirámide en cuyo vértice se sitúa el fabricante. En este caso hablamos del Grupo Cosentino S. A. la empresa que tiene registrada la marca Silestone® en España.
A partir de aquí aparecen los intermediarios. Los distribuidores. Luego están los proveedores, más abajo las empresas marmolistas, muchas de ellas empresas pequeñas y familiares, y luego las tiendas de cocina y baño que ofrecen el producto ya elaborado. En medio andan las aseguradoras, las mutuas y las empresas de prevención de riesgos laborales.
Esta es la pirámide de la responsabilidad. Tal y como publicaba El País el 2 de enero de 2010, una marmolería de Vizcaya había “contratado dos servicios ajenos de prevención de manera consecutiva en el tiempo, pero ninguna de las empresas que tenían que vigilar por la salud de los empleados consideró un riesgo el polvo de sílice que se levantaba al cortar las encimeras de cocinas”. La empresa tenía doce empleados, seis de ellos padecen silicosis.
Y tras abrir una investigación, la Inspección de Trabajo no sólo responsabilizó a las dos empresas de prevención laboral, “también responsabilizó a las empresas fabricantes y distribuidoras de las encimeras”, es decir, “concluye que Cosentino S. A. la empresa que tiene registrada la marca Silestone, infringió el artículo 41 de la Ley de Prevención, sobre la seguridad del producto, al informar genéricamente sobre los riesgos desde 2005, pero de manera precisa sólo a partir de 2009”.
Finalmente, el artículo de El País indica que “a quien exculpa la Inspección es a la empresa”. Es decir, Inspección de Trabajo culpó al fabricante del conglomerado artificial de cuarzo, por no advertir adecuadamente sobre los riesgos que supone manipular su producto, y a las empresas de prevención por no realizar los controles necesarios y no considerar un riesgo para la salud el polvo de sílice.
Cuestinado el Grupo Cosentino sobre este caso concreto, este medio recibió como respuesta que “no hubo sanción para la compañía. Esta resolución de la inspección de trabajo, consideró que en 2005 las etiquetas no eran lo suficientemente explícitas, pero desde la compañía, antes de que se iniciase proceso de inspección, ya se mejoró el etiquetado como reflejo de nuestro espíritu de mejora continua”.