Ferviente admiradora de la dialéctica del señor alcalde. Y cómo pudimos ver en la entrevista, David de la Encina con su correcto discurso, sus palabras escogidas, el tono y su lenguaje gestual demuestra un talante propio de un político de izquierdas.
Aunque a veces tanta palabra y buena oración pesan demasiado. Si tenemos en cuenta la gran deuda de 147 millones de euros que pesa sobre el Ayuntamiento de El Puerto, que las empresas municipales van por el camino de la quiebra, que el paro no desciende, que falta personal para el transporte o la limpieza de las calles y que a la puerta de Nevería 9 no cesan de llegar vecinos que no tienen ni para pagar la luz... entonces ya no sé qué más es necesario para que los gobernantes, me da igual el color o la posición, fijen sus metas en fomentar lo verdaderamente importante, las personas. El derecho, por Constitución, que todo español tiene a la vivienda, al trabajo, a comer, a descansar... a su dignidad.
Es también entonces cuando me invade una sensación de perplejidad, cuando ante todas las precariedades que está viviendo en estos momentos la ciudad, una de las prioridades sea la de cambiar los nombres de las calles que tengan que ver con la época del Franquismo. No la viví señores, pero igualmente también condeno a los que miran solo por sus intereses, caiga quién caiga en su camino.
Pero a pesar de que fue una parte de la historia marcada por la sangre, es historia. No creo que erradicarla sea la solución. El hecho de no verla no significa que no esté. Lo suyo, a mi parecer, es aprender de ella para no volverla a repetir. Cómo han hecho en otros países, Alemania por ejemplo, que durante años tuvo prohibido tener un ejercito nacional tras la catastrófica Segunda Guerra Mundial. Y sin embargo, en Berlín sigue en pie parte de un muro que recuerda lo que el ser humano es capaz de hacer, recordando el sendero que no se ha de volver a pisar.
Alcalde y señores responsables, entiendo el dolor de las familias, el sufrimiento pasado por unos años en los que o eras Blanco o eras Negro, respeto que aún duela y arañe el recuerdo.
Pero ¿van a eliminar el Teatro Municipal Pedro Muñoz Seca? Con las cosas cómo están van a invertir capital, que no hay, para ir calle por calle cambiando los nombres que recuerdan a una parte de la historia de la ciudad. ¿Qué nombres se pondrían?