La banca acreedora exigirá a Abengoa la venta de activos, entre ellos de su participación en la filial Yield, con el fin concederle la asistencia financiera solicitada por la compañía hasta marzo, informaron a Europa Press en fuentes participantes en la negociación.
Las entidades financieras mantuvieron hoy una reunión, que finalizó a altas horas de la noche, con KPMG, la firma elegida como asesora en el proceso de reestructuración de la deuda de la empresa andaluz.
En la reunión, en la que finalmente no participó Abengoa, se conoció el mapa de la deuda de la compañía, cuya cifra global fue considerada "razonable" por los bancos, señalaron las mismas fuentes sin precisar el importe de la misma.
Sin embargo, la banca acreedora, que ha solicitado a KPMG que precise el tipo de créditos de la deuda de la compañía, quiere definir que activos de Abengoa podrían ser puestos en venta, entre ellos su filial Yield, así como otros activos en diferentes países.
Las entidades acreedoras se reunirán previsiblemente este jueves con el grupo andaluz de infraestructuras y energías renovables con el fin de seguir avanzando en las negociaciones.
Abengoa presentó la pasada semana unas necesidades de liquidez por unos 450 millones de euros para llegar hasta marzo, aunque la banca ha rebajado a unos 300 millones de euros esta asistencia financiera.
En concreto, las entidades calculan que la empresa necesita entre 70 y 80 millones de euros mensuales hasta marzo, de modo que la asistencia financiera rondaría los 300 millones de euros.
EL G7 DE LOS BANCOS.
La semana pasada, la banca acreedora de Abengoa celebró su primera reunión, en la que acordó crear un 'G7' para liderar la negociación en el preconcurso de la compañía, formado por los cincos bancos españoles principales acreedores de la compañía --Banco Santander, CaixaBank, Bankia, Banco Sabadell y Banco Popular--, HSBC y Calyon.
El pasado 25 de noviembre, Abengoa solicitó formalmente ante un juzgado de Sevilla el preconcurso de acreedores, con el que dispondrá de un plazo de cuatro meses para negociar una solución con sus acreedores.