La Junta ha cavado en los últimos meses alrededor del Consejo de Gobierno una especie de trinchera con la que desbarata los intentos de la oposición no afín -PP, Podemos e IU- de elevar a la categoría de ley algún fragmento de su ideario. La táctica entra dentro de los cauces del clásico juego político (favorecer a los afines e intentar neutralizar a los enemigos) pero lo llamativo ahora es la asiduidad con la que el Ejecutivo autonómico recurre a la fórmula más o menos explícita del veto, la disparidad de argumentos utilizados e incluso las controversias alimentadas con sus decisiones, que abarcan desde enterrar iniciativas que el PSOE llegó a tener pactadas con IU en la pasada legislatura o negar al PP propuestas que acaba consintiendo a Ciudadanos. “Es un nuevo tiempo político”, reconoció el portavoz del Ejecutivo, Miguel Ángel Vázquez, hace semanas al ser preguntado sobre esa estrategia.
El último episodio quedó escenificado este martes, cuando el Consejo de Gobierno negó la toma en consideración (el tecnicismo para mostrar su disconformidad con el contenido) de dos proposiciones de ley de Podemos, una sobre atención temprana y otra sobre emergencia habitacional (desahucios) y pobreza energética en casos de familias vulnerables. El Ejecutivo cumple así la potestad que le concede el artículo 124.2 del Reglamento del Parlamento de Andalucía de pronunciarse a favor o en contra de las proposiciones, e incluso de dar portazo a su debate en la Cámara si interpreta que la iniciativa puede afectar, por ejemplo, al Presupuesto.
La del martes era la decimosegunda ocasión en los apenas seis meses de legislatura en la que el PSOE coloca muros a los intentos legislativos de la oposición. A unas dos negativas por mes. De ellas, hasta en cuatro ocasiones el rechazo a la toma en consideración ha ido acompañado del obstáculo definitivo y contundente: el rechazo al debate en la Cámara. Ocurrió a principios de mes con el intento de Podemos de garantizar por ley energía a familias vulnerables, pero antes con tres propuestas del PP: en octubre se tumbó la registrada por los de Juanma Moreno para rebajar el IRPF, en septiembre la que pretendía modificar el Impuesto de Hidrocarburos y, remontando hasta agosto, la más insistente sobre el Impuesto de Sucesiones y Donaciones.
Por el camino han quedado también las proposiciones de ley de Podemos sobre Cuentas Claras y Abiertas, de Emergencia Ciudadana o Política Energética, la del PP para la modificación de la Ley de Incompatibilidades en la Administración o las dos de IU, sobre Participación Ciudadana y la creación del por ahora frustrado proyecto del Ente Público de Crédito. En mayor o menor grado, la negativa del Consejo de Gobierno aventura lo que ocurrirá en el Parlamento luego: que la alianza PSOE-C’s acabará con las esperanzas de la oposición de ver triunfar alguna de sus iniciativas cuando se sometan a votación.
En el listado de argumentos para poner coto a esas pretensiones suelen aparecer la falta de consignación presupuestaria, que la proposición afecte a las cuentas públicas o que la Junta ya impulse o prevea ejecutar programas o leyes similares a las esbozadas por la oposición. Pero también se han enarbolado informes del Banco de España o sentencias del Supremo y el Constitucional contra medidas similares en Cataluña.
Los vetos en estos seis meses dejan también paradojas. La primera, que el PSOE haya desechado dos proyectos que tuvo pactados con IU: el de banca pública y el de consultas populares. La segunda, que diese un no rotundo a la iniciativa del PP sobre el impuesto de Hidrocarburos y diez días después la anunciase Susana Díaz, o que negase el debate en agosto a la reforma del Impuesto de Sucesiones propuesta por el PP y ahora la negocie, en forma de exigencia, con Ciudadanos...
Juego de alianzas para salvar al PSOE
La proposición de ley de Podemos sobre atención temprana rechazada el martes esconde un peligro para el PSOE: toda la oposición, también C’s, mostró hace semanas su apoyo a la iniciativa. Si los cuatro partidos sumasen sus votos ganarían la votación en el Parlamento y la Junta quedaría en evidencia. La solución parece aportarla C’s, socio del PSOE. Su portavoz, Juan Marín, adelantó este miércoles que no descartan una proposición propia. Eso les permitiría votar contra la de Podemos alegando que defienden la suya y salvar así al PSOE.