El pasado miércoles día 25 tuvo lugar en El Puerto de Santa María el XIII Congreso Ordinario de la UGT de Cádiz en el que se ha reelegido como secretario general de la Unión al chiclanero Francisco Andréu. Con el 85,71% de los votos, Andréu empieza una nueva etapa en el sindicato provincial marcada por la fuerte caída de la afiliación, por el “problema del relevo generacional” y por la necesidad de reactivar el empleo. Andréu no es nuevo en el cargo, porque ya en enero de 2014 fue nombrado para el cargo tras la detención del entonces secretario general, Salvador Mera, salpicado por el caso de los ERE fraudulentos. Entonces, Andréu afrontó hacerse cargo de una unión provincial tocada en la línea de flotación por los ERE y por las disidencias internas del sindicato que venían gestándose desde hacía algo menos de una década.
El equipo ejecutivo que está detrás de Andréu tras este XIII Congreso, está compuesto por Antonio Pavón al frente de la secretaría de Organización y Formación, por Paula Fernández como secretaria de Administración, Empleo y Salud Laboral, por Eva María Izquierda en la secretaría de Ralciones Institucionales, por José Luis Méndez como secretario de Acción Sindical, por María de Carmen García Cossi en la secretaría de Comunicación y Juventud, y por María Ángeles Bey como secretaria de Igualdad, Mujer y Políticas Sociales.
La de Andréu ha sido la única candidatura presentada en este XIII Congreso al que han asistido 91 de los 100 delegados convocados. De esos 91, han sido 89 los quehan votado favorablemente respecto a la gestión de la ejecutiva anterior y ha habido dos abstenciones. La lectura que hace Andréu de estos resultados es en clave de conciliación y consenso. Parece que llega la calma después de las tormentas a la UGT de Cádiz.
Ha obtenido un aval importante en este congreso: ¿se siente respaldado por su sindicato?
—Me siento ampliamente respaldado. Se cumple así lo que me propuse el día que llegué a la unión provincial, que era lograr el consenso. En el congreso, prácticamente todas las intervenciones, a pesar de que hubo mucho debate acerca de la situación interna del sindicato y dobre el sindicato de cara al exterior, el apoyo fue mayoritario. Me siento muy respaldado y muy contento.
¿Ese resultado supone el fin de las disidencias en el seno de la UGT?
—Es la corroboración de lo que ya ocurrió hace dos años y tres meses. La primera vez que me presenté fue con el consenso de todo el mundo. Y esto corobora que las heridas o sus disidencias ya no existen y espero que no se conozcan en mucho tiempo en la unión provincial de Cádiz.
¿Qué etapa del sindicato cree que le va a tocar dirigir a usted a partir de ahora? ¿Cree que va a ser sencilla?
—Una de las cuestiones que tratamos, y algo de lo que también hablaron muchos de los invitados, como la presidenta de la Diputación, Irene García, decían que nos había tocado uno de los peores momentos del sindicalismo. Pero yo pienso, y así lo trasmití, que no ha habido nunca momentos buenos ni fáciles para el sindicalismo, porque la lucha por los derechos de los trabajadores no ha sido nunca sencilla. ¿Qué esta etapa puede ser más complicada? Puede ser porque el conjunto de la sociedad hoy vive un momento complicado por culpa de esta crisis, y eso repercute inevitablemente en el sindicato. Pero la verdad es que también ha habido etapas anteriores que han sido complicadas. Hablando con anteriores secretarios generales me doy cuenta de que siempre ha habido retos. No hablemos ya del sindicalismo durante la dictadura..
Pero dentro de lo que cabe diría que es una etapa difícil pero ilusionante, porque se inicia un camino nuevo, por ejemplo, con la unión de federaciones...
¿Cómo cree que afectará al funcionamiento de la unión provincial eso mismo: la unificación de federaciones que se ha hecho a nivel confederal? ¿Es solo una estrategia de eficacia de aparataje?
—Ahora se está materializando en la provincia la reestructuración del sindicato que se ha hecho a nivel nacional. Está semana se ha reunido la Federación de Servicios Públicos. Venimos de una estructura de seis federaciones y vamos a otra de tres federaciones.
A nivel interno se ha estado debatiendo en los últimos años que era necesario optimizar la gestión del sindicato. Y no es algo sencillamenteoperativo, eso tiene que conllevar un ahorro de recursos porque se va a adelgazar la estructura por arriba, pero en cambio se va a reforzar también de forma sectorial. Cada federación va a estar fuertemente sectorializada, de manera que los recursos puedan estar donde realmente están los problemas que es en los centros de trabajo.
¿Cree que el cambio de caras en la UGT revitalizará el sindicato?
—Eso esperamos. Estoy convencido. tanto por la reestructuración del sindicatio como por el cambio de caras, primero con Carmen Castilla en Andalucía, y luego con Pepe Álvarez en el confederal. Es el camino que hemos emprendido y si al final resulta que no sirve, pues será un fracaso de la organización. No sé si tendremos másoportunidades, espero que sí, pero tenemosla confianza de que eso vaya a servir.
¿Cómo ve el sindicalismo de clase hoy día? ¿Cree que ha perdido esencia?
—Eso es lo que muchas voces se empeñan en hacer creer: que el sindicalismo de clase ha perdido esencia. Peroyo creo que ahora es más necesario que nunca. Hubo voces en el congreso, que como digo hubo mucho debate, que apuntaban a que no se nos tienen en cuenta a los sindicatos de clase. Pero ante eso hay que decir que, en concreto, la UGT de Cádiz ha frmado en torno a unos 120 convenios colectivos que afectan a 20.500 empresa y a más de 130.000 trabajadores en toda la provincia. Garantizo que esos 130.000 trabajadores no están afiliados a la UGT, pero sí garantizo que esos convenios colectivos los ha firmado la UGT. Con eso quiero decir que se hace un trabajo encomiable desde la Unión por mejorar las condiciones de trabajo de esos trabajadores, estén o no afiliados al sindicato, faltaría más. Y eso se hace gracias a las aportaciones de los afiliados. Eso si es cierto que no se nos valora. Esos trabajadores, que no están afiliados, cobran lo que cobran no porque su salario venga fijado por la buena voluntad del Gobierno, sino porque hay algo que se llama convenio colectivo qe establece que un trabajador tiene que cobrar eso; y eso se ha firmado bajo las siglas de la Unión General de Trabajadores, de Comisiones Obreras y de todos esos compañeros que pelean por conseguir buenos acuerdos en los convenios colectivos.
Es necesario. Es muy necesario el sindicalismo. Más ent iempos como este en el que las reformas laborales, las dos, pero especialmente la de Rajoy que es especialmente dura, precarizan las relaciones laborales y las individualizan, queriendo restar fuerza a la negociación colectiva. Por eso hay que seguir ahí.
¿Cuáles son los restos específicos que tiene la unión provincial de la UGT de Cádiz en una provincia como esta, de récord en paro?
—Pues como dices, esta provincia tiene un reto claro que es el empleo. Pero no solo ese. Es necesario reformar el modelo productivo, para eso estamos implicados e ilusionados con la llegada de la ITI, la creemos muy necesaria. Es necesario traer a la provincia carga de trabajo y que en la provincia se dé valor añadido al proceso productivo. Solo así se conseguirá romper con la eventualidad de los contratos y con la precariedad, y así se creará empleo de calidad. En ello estamos. Además, creemos muy necesaria la ILP de renta básica,que se ha presentado esta semana en el Congreso con 700.000 firmas en todo el Estado. Y creemos que es necesaria porque es importante dar recursos nivel adquisitivo a todas aquellas personas que llevan años sin percibir ningún ingreso. Hay que reinsertarlos en el sistema de trabajo del que han quedado excluidos en esta crisis.
En el congreso, la secretaria general de UGT-Andalucía, Carmen Castilla, hablaba de que nadie los va a utilizar este 26-J. ¿A qué se refería exactamente?
—Entiendo que Carmen Castilla hacía alusión a que no tomaremos partido y a que tenemos un objetivo claro que es la lucha por los trabajadores y la derogación de las reformas laborales.
¿Qué resultado espera usted que salga de las urnas ese dia?
—Espero que ese resultado suponga la salida de Rajoy del Gobierno. Pero no solo de Rajoy, que también, sino de sus políticas, que han hecho muchísimo daño a los trabajadores en estos años tan duros.
¿Confía usted en el PSOE de Pedro Sánchez?
—¿Que si confío? Sí, por descontado.
¿Incluso tras haber pactado con C’s? Usted habla de “echar a Rajoy y a sus políticas” y las políticas de C’s en materia de empleo y economía son de corte neoliberal, igual que las políticas de Rajoy que usted critica...
—Me obligas a posicionarme políticamente... La verdad es que el pacto entre PSOE y C’s buscaba precisamente respaldo para echar a Rajoy y sus políticas del Gobierno. Pero tengo que decir que creo, a título personal, que las políticas de Ciudadanos son abiertamente de derechas. No confío en absoluto en las políticas económicas de C’s. Pero creo que en ese momento era necesario hacer un acuerdo de mínimos para acabar con las políticas neoliberales y creo que se ha perdido una gran oportunidad de hacer un gran pacto de Estado para erradicar esas políticas, teniendo en cuenta que en ese posible pacto había diveras sensibilidades, pero es que la regeneración democrática es tan necesaria en este país como el aire.