A principios de los años 70, en Conil tuvimos la suerte y el placer de recibir a un joven venido de una de las puertas de entradas al continente africano, que se encuentra frente a nuestras costas. Con una infancia zamorana. Este con su carrera de magisterio terminada, venía dispuesto para impartir clases en nuestros colegios. Iluso y soñador ante lo desconocido este maestro aventurero desembarco en nuestro pueblo, con la especialidad temaría de las Ciencias Naturales.
Amante de los deportes. Fue uno de los primeros aficionado al tenis que conocí. Este practicaba este deporte junto a otros profesores de aquella época. Gran pasionario del futbol, a este le gustaba jugar al deporte rey por excelencia. Sobre sus deportivas pesan muchos partidos de fulbitos o futbol sala en los patios de los colegios, Menéndez Pidal y sobre todo en los Molinos.
Rápidamente este maestro deportista se dio a conocer por los corrillos populares, por su capacidad seria y formal para educar a los niños conileños. Consiguió que las Ciencias Naturales les fascinaran a los niños y a las niñas. Ya que al mismo tiempo que aprendían, disfrutaban de lo lindo con los trabajos que mandaba a realizar en grupos. Además salía a hacer excursiones a campo abierto o viajes a otros pueblos para visitar cuevas, donde dar una pequeña clase educativa sobre el terreno.
A comienzos de los años 80, este profesor naturalista y amante de la geología, sobre todo de la mineralogía. Se puso manos a la obra para investigar todo lo que habría acontecido a una mina de azufre existente en nuestro municipio. Con ayuda del profesorado y de los alumnos del reciente estrenado Colegio Público de Los Molinos. Se realizo una encuesta en el pueblo para ver el grado de información que teníamos los conileños acerca de la mentada mina. Luego se empezó a recabar información sobre este yacimiento y su historia. Se llevaron a cabo muchas excursiones sobre el terreno minero, para recoger muestras de minerales para una gran exposición, que se realizaría en este centro escolar.
En esta muestra de distintos minerales extraídos de la mina conileña, el principal protagonista era el Azufre Cristalizado. Muchos vecinos y vecinas de Conil desconocíamos la existencia de esta mina y menos de su historia. Ignorábamos su importancia para geólogos, científicos y para amantes de la mineralogía de España y del resto del mundo.
Este maestro consiguió que durante esos años se hablara bastante de nuestra mina, de su historia y del valor de su azufre. Este se conserva en los principales museos nacionales de geología y de ciencias naturales del mundo.
Yo no tuve el placer ni la suerte de ser alumno de este maestro aventurero. Algunas de mis hermanas si tuvieron esta satisfacción. Yo solo de niño le recogí algunas pelotas de tenis en el colegio de Lepanto, cuando este practicaba este deporte junto a sus compañeros. Además algún que otro partido de futbol sala jugué con él.
Conservo como oro en paño un díptico informativo sobre la historia de la mina de azufre, que el Consistorio conileño editó en el año 1995, si la memoria no me falla, para el patronato municipal de Raíces Conileñas. Este fue realizado por nuestro querido profesor. Ya enraizado con nuestra cultura y con nuestra historia, atado de pies y manos por los encantos de nuestro pueblo y de sus gentes. A este le ha sido imposible abandonar esta ciudad que le acogió con los brazos abiertos desde el primer día.
El pasado 27 de mayo tuve la satisfacción de asistir a una charla coloquio, sobre la mina de azufre de Conil. Ésta la organizaba la recién estrenada asociación cultural “Los Comunes de Conil”. La persona encargada de ofrecerla era un miembro de dicha asociación, como no podía ser otro, este era nuestro querido profesor de Naturales, ya jubilado. Durante dos horas aquel orador nos fue narrando parte de la información que había recabado durante 40 años acerca de la mina. Contó algo de su historia, anécdotas y hablo de la calidad y la importancia del azufre de esta mina. Aquella tertulia se nos hizo cortísima para las cien personas que asistimos, fue tan interesante que mereció la pena acudir a conocer esta parte desconocida de la historia de nuestro pueblo.
Este breve pasaje sobre la vida de este maestro aventurero, sirva como reconocimiento a su trabajo desinteresadamente durante cuatro décadas por descubrir la verdadera historia sobre nuestra mina de azufre.
Emilio Sastre, mil gracias por tu aportación sobre esta cuenca minera, que a pesar de estar en manos privadas, siempre estará en nuestros corazones formando parte del patrimonio histórico cultural de los conileños.