Gestamp conoce bien el valor que queda aún en Abengoa, después de analizar los activos de la empresa a final del año pasado cuando intentó rescatarla por indicación del Gobierno central para que no entrara en preconcurso. Las diferencias de los hermanos Riberas -dueños de Gestamp- con Felipe Benjumea, entonces aún presidente, impidieron la operación: Felipe no les dejó ver los libros de cuentas y ellos no se fiaron de esa actitud.
Pero el paso del tiempo, y la degradación acelerada de lo que queda de Abengoa casi un año después de entrar en preconcurso, ha devuelto a la actualidad el interés de Gestamp por los restos del grupo andaluz. Varios son los indicios de este interés latente.
El más evidente, la decisión de los bancos y bonistas que serán los nuevos dueños de la empresa previsiblemente desde noviembre de colocar como presidente ejecutivo a Gonzalo Urquijo. Presidente del gigante siderúrgico indio Arcelor en España, Urquijo fue consejero de Gestamp hasta febrero pasado y es desde hace mes y medio asesor del consejo de Abengoa para evitar jugadas extrañas de última hora antes de la llegada de los nuevos socios.
En segundo lugar, los Riberas se han asociado con uno de los miembros críticos de la familia Benjumea con la gestión que ha hecho Felipe primero como presidente hasta presentar preconcurso en Abengoa, y luego como asesor del consejo de Abengoa y presidente de IC (aún dueño de Abengoa) en las negociaciones para tratar de evitar que entrara en concurso. Los dueños de Gestamp conocerán así aún mejor cómo funciona Abengoa. Y eventualmente podrían ser un apoyo a esos críticos -entre ellos también Javier, el hermano de Felipe otra vez defenestrado por este último de Abengoa en junio- para que tomaran el poder en IC apoyando financieramente que esta empresa salga del preconcurso.
En tercer lugar, Dominion, una de las filiales de Gestamp que salió a Bolsa en abril pasado, está interesada en Inabensa, la filial estrella que le queda a Abengoa. Está por ver cómo de fuerte será el abrazo del oso vasco.
