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Jueves 14/11/2024
 
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La participación política de la ciudadanía

La participación política de la ciudadanía es tan peligrosa como las primarias de los partidos políticos, en las que casi nunca salen las candidaturas preferida

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El resultado negativo del referéndum de Colombia ha resultado ser un revés de su gobierno a una iniciativa de paz largamente deseada por el pueblo, después de largos años de una guerrilla urbana en el fondo fracasada, como la de cualquier grupo terrorista de un estado que pretenda imponerse por la fuerza.

El  referéndum sobre el ‘Brexit’ ha arrojado un resultado negativo a los intereses del gobierno que ha propuesto su referéndum, porque pese a que la propuesta era la salida de la Comunidad Europea, lo que en el fondo se pretendía era la permanencia en la Unión, de manera que ese resultado en principio preferido, ha supuesto la dimisión del Primer Ministro, y una crisis política de difícil solución.

Sin embargo, es de suponer que cualquier iniciativa de los dirigentes políticos en relación con la participación ciudadana produzca los resultados en principio acordes con esa decisión, pues difícilmente alguien se arriesga a una apuesta para perderla. De ahí que el análisis correcto de la situación ha de ser el de pensar que hay una clara falta de sintonía entre la clase política y la ciudadanía, y lo que posiblemente es aún peor, los políticos no están en condiciones de administrar los intereses de la sociedad, puesto que no aciertan en sus decisiones.

También es posible que acostumbrados a decir lo contrario de lo que piensan caigan en su propia trampa, como ocurrió al Gobierno Suárez aquel 28 de febrero que se le ocurrió preguntar al pueblo andaluz si quería la autonomía. La enrevesada pregunta digna de ser comprendida solamente por los filólogos mas capacitados, no evitó que ese pueblo dijera a voz en grito que sí. Ante esta sorpresa, el gobierno que no quería esa respuesta, quedó desmantelado.

La participación política de la ciudadanía es tan peligrosa como las primarias de los partidos políticos, en las que casi nunca salen las candidaturas preferidas por el aparato. ¿Cómo conseguir que el pueblo diga lo que quieren los políticos? Esta es una pregunta demasiado difícil para ser contestada en estos tiempos de zozobra.

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