Los enanos no dejan de crecerle a Abengoa en las últimas semanas, justamente cuando la empresa enfila la fecha clave del 28 de febrero para saber si los 1.200 millones de su rescate financiero para evitar la quiebra llegan finalmente o no. Esta última opción llevaría a la empresa a concurso de acreedores. El último traspiés conocido, tras la entrada en concurso de su filial clave de México, es que afronta desde este año un sobrecoste del entorno de los 300 millones, según diversas fuentes internas, por graves fallos en la construcción y funcionamiento de su mayor planta solar, Solana.
En julio de 2016 se cumplió el plazo de tres años de funcionamiento de la central eléctrica ubicada en Arizona (Estados Unidos). Una planta que se traspasó a la filial Abengoa Yield (hoy, Atlantica Yield) en 2014, traspaso que motivó que ambas partes (matriz y filial) establecieran un periodo de tres años para que la planta funcionara al menos al 80% de su capacidad prevista. Y unas indemnizaciones en concepto de garantía de producción (producción de electricidad).
Según los datos desvelados por el diario local Phoenix New Times, en su primer año en marcha de junio de 2014 a julio de 2015 funcionó al 63% (600.000 megavatios/hora frente a 944.000 megavatios/hora de capacidad anual). El segundo año, al 75%; y en el tercer año registró problemas por las menores horas de luz derivadas del fenómeno climatológico El Niño, pero aún no hay datos completos.
Esa ratio de producción se ha incumplido debido a los serios problemas registrados en el sistema de almacenamiento de calor. Estas centrales usan la luz solar para concentrarla, mediante espejos, a altas temperaturas en un fluido con el que se produce luego vapor de agua; y con el que también se calientan sales que acumulan ese calor para permitir a la central funcionar hasta seis horas en ausencia de luz solar.
Números rojos
Sin embargo, los intercambiadores de calor entre ese aceite y las sales han sufrido explosiones en dos ocasiones en 2014 y 2015 y no terminan de funcionar correctamente, por lo que habrá que sustituirlos. La imposibilidad de la planta de producir de noche ha provocado incluso quejas por parte del cliente que compra la electricidad a Abengoa, la empresa pública APS de Arizona, ya que paga a precio de termosolar cuando la planta funciona como una fotovoltaica (sólo con sol).
Estos problemas de funcionamiento que generarán esas reparaciones e indemnizaciones por 300 millones se suman a las pérdidas de 150 millones que la construcción de Solana le generó a Abengoa. Es decir, que sobre un presupuesto total de 2.500 millones de euros, Abengoa no sólo no ha ganado un euro, sino que podría notarse una pérdida total de casi 500 millones, un 20% del presupuesto total.
Atlantica Yield, propietaria de la planta, no ha contestado a las preguntas de www.andaluciainformacion.es sobre cuándo exigirá y cómo la indemnización a Abengoa.
Relación matriz-filial
Cómo se articule la asunción de responsabilidades entre la constructora y el actual propietario pondrá a prueba también la relación entre la actual cúpula de Abengoa, capitaneada por Gonzalo Urquijo como presidente ejecutivo, y la de Yield, que lidera el exconsejero delegado de Abengoa y exhombre de confianza de Felipe Benjumea, Santiago Seage. Seage fue confirmado en su puesto al frente de Yield, tras salir de Abengoa al presentar la empresa preconcurso en noviembre de 2015, en mayo de 2016.
Pero, según las mismas fuentes, la relación con Urquijo no es buena. Abengoa tiene previsto desprenderse del 41% de Yield que sigue manteniendo (acciones que están entregadas como garantía de préstamos) y Seage se deberá entonces no ya a la empresa que dirigió sino a accionistas independientes. Socios financieros de la empresa que cotiza en el Nasdaq de EEUU que exigirán que Abengoa cumpla con sus obligaciones de pago.
Otros agujeros actuales y futuros
El caso de Solana, esto es, que un gran proyecto de Abengoa acabara generando pérdidas abultadas, ha sido la norma y no la excepción en los últimos años. La citada central dejó en Abengoa números rojos de 150 millones; la otra gran planta termosolar que la empresa se adjudicó en EEUU, Mojave en California, provocó igualmente más de 100 millones en números rojos.
Cifra de déficit muy similar a la que acabó generando el proyecto de la planta termosolar de Abu Dhabi. Parte del agujero fenomenal de más de seis mil millones de euros generado en Abengoa entre 2015 y 2016 cuando entró en barrena viene provocado precisamente porque el beneficio esperado nunca llegaba, lo que generaba tensiones de caja.
De hecho, según las fuentes internas consultadas, sólo un gran proyecto de ingeniería ha generado beneficio en los últimos años, una planta de cogeneración en México que también es ahora propiedad de Atlantica Yield.
Actualmente, el mayor proyecto de Abengoa en construcción, la central híbrida de gas y termosolar Waad al Shamal en Arabia Saudí, va a cumplir igualmente ese patrón. De un margen de beneficio neto estimado por encima del 5% (sobre un presupuesto de 200 millones), se ha pasado ya a uno negativo de más de 10%. Y eso sin que las obras hayan acabado aún.