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Acento andaluz

¡Queipo de Llano, fuera de la Macarena!

Su crueldad infinita le llevó a animar y justificar, a través de incendiarias y violentas arengas radiofónicas la violación de las mujeres del bando republicano

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“Aquí reposa en la paz del Señor el Hermano Mayor Honorífico D. Gonzalo Queipo de Llano y Sierra”. Así reza en la Basílica de la Macarena de Sevilla, como una macabra paradoja, la lápida que cubre la tumba del mayor genocida que ha sufrido Andalucía en su historia contemporánea. Un hecho inaudito en la Europa democrática que ha eliminado cualquier mausoleo o sepulcro funerario de dictadores o asesinos que puedan herir  sensibilidades de las víctimas de sus atrocidades.
 

En la represión franquista en Andalucía, dirigida de manera especialmente cruenta por este militar golpista, fueron asesinadas más de 10.000 personas. ´Firmó´ la mayor tragedia de la Guerra Civil en la Desbandá de Málaga -5.000 asesinados- y en Sevilla 3.028 fueron abatidas o ejecutadas entre julio del 36 y enero del 37. Muchas de ellas fusiladas por orden de este teniente general, nombrado Jefe del Ejército del Sur y conocido como el Virrey de Andalucía, en los lienzos de la muralla árabe que aún se conserva a pocos metros de su sepultura.

Su crueldad infinita le llevó a animar y justificar, a través de incendiarias y violentas arengas radiofónicas en Radio Sevilla, la violación de las mujeres del bando republicano: "Nuestros valientes legionarios y regulares han demostrado a los rojos cobardes lo que significa ser hombres de verdad y de paz también a sus mujeres. Esto está totalmente justificado porque estas comunistas y anarquistas predican el amor libre. Ahora por lo menos sabrán lo que son hombres de verdad y no milicianos maricones".  

Detrás de cada uno de estos asesinatos, violaciones y cautiverios hay tragedias familiares que aún recuerdan con horror las masacres de este sanguinario exterminador. Sevilla tiene un enorme borrón histórico al enterrarlo con todos los honores bajo el nimio y mísero argumento de que fue el hermano que impulsó la construcción de la actual Basílica. Tras la decisión del Congreso de los Diputados de pedir que exhumen a Franco de El Valle de los Caídos y la aprobación de la Ley de la Memoria Histórica de Andalucía, ya no hay excusas para retirar los restos de este genocida franquista.

No hay pretexto posible para que la Junta de Andalucía, el Ayuntamiento de Sevilla, el Arzobispado hispalense y la Hermandad den ya, sin más dilación, los pasos necesarios para que Queipo de Llano no deshonre más con su presencia a la ciudad de Sevilla, a la religión católica y al templo que le cobija en su seno. Hizo mucho daño. Por favor, que deje de hacerlo bajo una triple premisa: ¡Justicia, verdad y reparación!

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