Al resto de los mortales seguidores de la alucinógena materia sólo se me ocurre verlos celebrarlo dándose un festival íntimo porque el día lo marca
La aparición de las redes sociales han conseguido que nos pongamos al día con los santorales, de los fallecimientos cual abuela con el ABC en mano, los aniversarios, los cumpleaños, las efemérides, las reseñas históricas, etc. Sin entrar en el postureo, las fotos playeras de piernas salchicheras, la crítica constante del amargado del pulgar y otros estilos y estados que se han convertido en el pan nuestro de nuestra sociedad. Pero si hay algo que estamos descubriendo, más allá de raros comportamientos, son los días que conmemoran algo. Y es que, como cada santo, cada día del año celebra, homenajea o denuncia algo, ya sea por marketing, necesidad o por mismísimo aburrimiento. Hemos pasado de los días señalados por el calendario religioso, o los días que conmemoran el trabajo, la lucha contra el cáncer, el reconocimiento a la mujer, la denuncia contra la explotación infantil y otros más que se han incrustado en nuestros almanaques, a otros que cuanto menos son curiosos. Sin ir más lejos hoy 20 de abril como reseña histórica podríamos mencionar, entre muchas otras, la inauguración de la plaza de toros de la Real Maestranza de Sevilla en 1.763, la consecución de la Liga de fútbol en 1.936 por el Athletic de Bilbao o la subida de Federico IX al trono de Dinamarca en 1.947. No son menos curiosas las celebraciones del santoral que hace mención a S. Anastasio de Antioquía entre otros muchos dentro de la amalgama de mártires y entregados a la vida contemplativa que día a día se hace mención en las hagiografías. Y si nos detenemos en las jornadas conmemorativas hacemos gala de lo capaz que es el hombre per sé, dependiendo de la fecha que toque. Hoy sin ir más lejos nos tocaría celebrar el Día Mundial de la Marihuana o el Cannabis, al parecer fijada por la lucha de algunos jóvenes contra su clandestinidad. Supongo que sus defensores, los más intensos, harán una fiel defensa de sus bonanzas, celebrándolo con la organización de alguna actividad que lo recuerde, ahí está el caso de la justificación que hacen algunos médicos de sus virtudes como uso terapéutico. Al resto de los mortales seguidores de la alucinógena materia sólo se me ocurre verlos celebrarlo dándose un festival íntimo porque el día lo marca “hoy pa celebrarlo me voy a fumar un peta”. Personalmente el día me recuerda a los partidos del Málaga C. F. de los noventa, me retrotrae al aroma de los domingos en Fondo de La Rosaleda cuando alguien encendía un canuto y lo acuñamos con el elegante grito que daba la alarma del apestoso olor “huele a fútbol” Y es que hay más días que persianas en Portada Alta.