El PSOE-A ha plasmado en 42 folios y 446 puntos la hoja de ruta que debe guiar su estrategia política durante los próximos años. Es la ponencia marco, desvelada este lunes, sobre la que girará el debate en el decimotercer Congreso Regional de la federación andaluza que se celebrará en Sevilla entre el 29 y el 30 de este mes. En esa cita la única duda será conocer el equipo definitivo del que se rodeará Susana Díaz en su nueva etapa como secretaria general, integrando o no a críticos. La presidenta fue reelegida automáticamente en el cargo orgánico al ser la única precandidata capaz de recoger los avales necesarios en primarias. Queda por saber eso y si habrá alguna escenificación de disensión del sanchismo.
A falta de más emociones a las asambleas del partido les toca ahora escudriñar uno por uno la catarata de puntos que ha diseñado la dirección y enmendarlos a partir del próximo lunes si así lo consideran oportuno. En ese listado de posicionamientos hay algún que otro recado a Ferraz. El PSOE andaluz no se ha cansado de repetir desde la proclamación de Pedro Sánchez como secretario general que se pliega a su mandato y que quedan enterradas todas las hachas de guerra que desangraron al partido durante los dos últimos años, pero la ponencia marco fija con fuerza trincheras en las que mayor federación territorial del país no retrocederá.
Significativo es, por ejemplo, que en ninguno de esos casi 500 puntos que vertebran el documento aparezca alusión alguna a la vía de la plurinacionalidad como fórmula territorial que enarbola Pedro Sánchez. Frente a esa opción, sobre la que la Ejecutiva de Díaz no se pronuncia alegando que prefiere esperar a ver por escrito qué es realmente lo que significa, hay una alusión y reivindicación constante al modelo plasmado en su día y aprobado por unanimidad en la Declaración de Granada, que “no se presenta ahora como una respuesta al desafío soberanista en Cataluña, sino como un paso imprescindible retardado en el tiempo para la evolución de nuestra articulación como Estado” hacia la vía federal.
Hay otras anotaciones que también parecen redactadas para que las subrayen en Ferraz. Por ejemplo cuando se recuerda a la nueva dirección del partido que no tenga la tentación de ningunear al mayor poder territorial con el que cuenta el PSOE. La “voz” de la federación que capitanea Susana Díaz debe ser “tenida en cuenta” porque, se insiste y no por casualidad, es aquí donde reside el “principal Gobierno autonómico socialista”, el único que ha sido capaz de hacer frente “a la mayoría arrolladora del PP”.
No a los experimentos
Y si Pedro Sánchez insiste en explorar alianzas por la izquierda, más alertas. El documento resucita todas las glorias del pasado para recordar que el PSOE-A ha ganado batalla tras batalla electoral (todas salvo la de Javier Arenas) por su “coherencia programática” y por aislarse de tentaciones “de radicalidad y cualquier confluencia que acabe denotando la debilidad de sus actores políticos”.
En ninguno de los 42 folios aparece la palabra Podemos, pero la formación que lidera en Andalucía Teresa Rodríguez planea por el articulado.
El PSOE acude al Congreso reivindicándose como “la izquierda útil” frente a “los populismos de corte caudillista que pretenden representar en exclusiva a la ciudadanía”. Ni comparte esa vía ni tampoco darle la mano porque es al socialismo, defiende el documento, a quien le toca volver a “asumir y ejercer el liderazgo que la sociedad ha delegado en el PSOE-A y no en otras fuerzas”. A Podemos, pues, mejor verlo de lejos.
Cornejo, satisfecho y “disponible”
El secretario de Organización del PSOE-A, Juan Cornejo, no se mueve un centímetro e insiste en que no hace quinielas sobre si continuará al frente de la Secretaría de Organización porque es “una decisión exclusiva de Susana Díaz” que, sea cual sea, se limitará a acatar. “Estoy disponible”, asegura, y también “satisfecho” porque es “un militante más” que nunca imaginó que llegaría tan alto.
