El presidente de Santander España, Rodrigo Echenique, ha reconocido hoy que trasladó al expresidente de Abengoa Felipe Benjumea "la falta de confianza en su gestión" por parte de las entidades que iban a apoyar la ampliación de capital, aunque ha matizado que el cese del empresario "no fue una condición" al no tener potestad para ello.
Echenique ha asegurado que comunicó a éste que "mientras estuviera al frente era imposible que progresara" la ampliación, operación para la que Benjumea, acompañado de su hermano y exconsejero de la compañía, Javier, solicitó personalmente en agosto de 2015 la ayuda del Santander con el fin de solucionar lo que le dijo era una situación "muy tensa, difícil" y "bastante dramática" para Abengoa.
"En aquella primera reunión en mi casa les dije que sí, pero que no podíamos ayudarlos solos", ha explicado el también vicepresidente del Santander, que ha aseverado que finalmente accedieron a dar su apoyo al tratarse de una firma "muy importante para España, para Sevilla y para nosotros, por su antigua relación con el Banco Hispano Americano", hoy integrado en el grupo financiero.
Ante la sección cuarta de la sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, Echenique ha afirmado que Benjumea, para quien la Fiscalía pide cinco años de cárcel por presunta administración desleal, "no opuso resistencia" a su salida y dijo que "haría lo que fuera más conveniente para la compañía". Contradice así lo manifestado por el propio Benjumea el martes pasado, quien aseguró que Echenique le dijo literalmente que se fuera y que nombrara en su lugar a Javier Monzón, expresidente de Indra, un gran competidor de Abengoa.
Del mismo modo, Echenique ha aclarado que "en ningún momento" el Santander intervino "en las condiciones económicas" por las que el hasta entonces presidente, que percibió 11,4 millones de euros en concepto de indemnización, fue cesado, y ha apuntado que entendieron que "nadie tenía que decirnos nada" al respecto "porque no era cosa nuestra".