El Ayuntamiento ha aprobado el Catálogo de edificios regionalistas de Nervión susceptibles de protección por su valor arquitectónico y para salvarlos de la piqueta tras los lamentables derribos en años anteriores y haber evitado la inminente demolición de cinco de ellos con la suspensión temporal de licencias decretada hace meses. El delegado de Hábitat Urbano, Antonio Muñoz, ha declarado al respecto: “Después de que durante años o décadas no hubiese mecanismo alguno de protección para el barrio de Nervión, este gobierno está trabajando para evitar daños graves al patrimonio”. De nuevo se demuestra el pésimo urbanismo del mandato de Monteseirín, en el que se aprobó el PGOU de 2006 sin extender dicha protección a todo el patrimonio regionalista, hasta el punto de que sólo había incluidos en el Catálogo diez inmuebles (frente a los 50 que se incluyen ahora) y ni siquiera cinco de propiedad municipal.
Mientras Monteseirín sólo se preocupaba de propiciar “modernidades” como el rascacielos en la Cartuja, la biblioteca sobre los jardines del Prado y el despilfarro de las Setas dejaba el campo libre para que la piqueta se llevara por delante parte de la reciente historia de la ciudad. Una vez más Espadas debe deshacer el entuerto, un logro sólo posible gracias a las denuncias e infatigable batalla librada por los conservacionistas de Adepa a la hora de concienciar sobre el valor de ese legado.