Nico Sosa vio dos tiempos distintos en el choque de Lucena
Alberto Monteagudo coincide en la apreciación del jerezano
El partido de Lucena dejó reacciones encontradas en los entrenadores de ambos equipos, aunque también coincidencias en el hecho de que hubo dos partes bien diferenciadas. Nico Sosa obviamente hablaba de esas oportunidades que su equipo tuvo en el primer tiempo y que pudieron haberle puesto por delante en el marcador.
Y es que a pesar de la victoria, el Lucena no terminó de convencer. Esa es la idea que rondaba la cabeza de Alberto Monteagudo, ex jugador del Xerez y ahora primer entrenador del Lucena, tras acabar el partido ante el Jerez Industrial. “El partido ha tenido dos partes diferenciadas, una en la que no hemos hecho nuestro fútbol, no hemos abierto a banda, no hemos tocado rápido.... y una segunda donde hemos estado mejor. Pese a ello, soy consciente de que no hemos hecho un gran partido, pero me quedo con la victoria y la seriedad, la seguridad defensiva y el orden ofrecido”.
Una de las claves para que los tres puntos se quedasen en casa, fue para el albaceteño los cambios realizados y la experiencia. “Los cambios han dado el empaque necesario al equipo y hemos ido a más. Ha habido 6 ó 7 minutos que hemos estado más perdidos, pero Domingo le ha dado seriedad el centro del campo y David Agudo ha trabajado haciendo que los centrales no jugasen el balón con comodidad. Además la experiencia ha sido clave, ya que tenemos un equipo que no se vuelve loco con el 0-0 y sabe a lo que juega”.
Otro futbolista al que otorgaba méritos es al meta gallego Michi. “Es de justicia y de coherencia reconocer que Michi ha hecho un buen partido, no ha sido el mejor de su vida, pero ha estado bien. Ni antes era tan malo, ni ahora tan bueno. Él se ganó mi confianza en los entrenamientos y por ahora me está respondiendo”.
Por último tenía palabras para la afición. “Yo he visto a la afición animando desde el minuto 1 y respiro optimismo en la ciudad, es cierto que no ha respondido en el número esperado, pero ojalá gracias al mérito del equipo veamos la Ciudad Deportiva llena”.
Por su parte el técnico jerezano, Nico Sosa, coincidía en la valoración del partido con Alberto Monteagudo, significando que “el partido ha tenido dos partes muy diferenciadas. Una primera en la que todo ha estado muy igualado y si hubiésemos marcado el partido habría sido otro. En la segunda parte, nos desconcentramos y nos hicieron un gol, luego nos fuimos arriba con mucha precipitación y nos hicieron el 2-0, cosa excesiva para los méritos de ambos”.
Pese a la derrota no se marchaba enfadado con su equipo y vaticinaba para los dos contendientes una temporada sin sufrimientos. “Viendo el trabajo de mi equipo y el del Lucena, que le he visto los dos partidos, no creo que suframos para salvarnos y creo que aspiramos a estar en la zona tranquila de la tabla”.
Sosa, eso sí, hacía referencia a la atípica pretemporada que ha tenido su equipo y que hace que aún las líneas no estén lo suficientemente coordinadas. Entiende que a la vuelta de tres o cuatro encuentros se verá al auténtico Jerez Industrial.
Un Jerez Industrial que aún podría remodelar su plantilla, ya que se está pendiente de lo que ocurra con Vázquez. El jugador fue dado de baja por una lesión de cinco meses y aún se encuentra sin ficha federativa. La Federación debe dictaminar ahora si finalmente se le puede cursar la ficha o habrá que esperar al mercado de invierno.
Por cierto que en el choque de Lucena debutó finalmente Joaquín Bornes, aunque fuese en la recta final del choque. Quedan por hacerlo jugadores recientemente fichados como Choco, un futbolista que ha llegado para elevar la competencia en la banda izquierda, sobre todo en la zona defensiva donde Julio se encontraba muy solo y el experto Ramón Pereira, un jugador que por sí mismo es capaz de desequilibrar un encuentro y que, si está centrado en su trabajo, puede darle muchas tardes de triunfo a un Jerez Industrial que, de momento, marcha con tres puntos y que espera la visita de la A.D. Ceuta de Carlos Orúe. Por cierto que el encuentro ante los caballas posiblemente se adelante a la tarde del sábado, si el Ceuta da finalmente el visto bueno. No parece que haya mayores complicaciones para ello, por lo que, salvo problemas no previstos, el partido se disputará en la tarde del sábado.
Opinión
El Jerez Industrial está viviendo un año histórico que no puede ni debe irse al traste por acontecimientos extradeportivos. No sé si Ricardo maneja la opción de salir de la primera línea de combate y provocar un armisticio, pero no caben dudas de que las últimas posturas, aunque han podido fortalecer la unión del industrialismo, no conducen seriamente a nada positivo. El Industrial ha sido un equipo que siempre ha estado al margen de las guerras, a pesar de que ha sido vilipendiado como cuando le cambiaron las cerraduras al Estadio Domecq y se tuvo que suspender el partido porque no se podía acceder al interior del recinto municipal, del recinto de todos los jerezanos. Tuvo que exiliarse en campos como el del Club Nazaret o, incluso, ha jugado en La Barca y estuvo a punto de irse a pique en una campaña, en la antigua Preferente, en la que rozó el descenso a la Primera Provincial y se salvó en una promoción con el Guadiaro. Todo lo ha superado el industrialismo gracias a los industrialistas, esos que ahora deben mostrar su fervor por el equipo, esos que tienen que llevar al campo a aquellos que se dicen industrialistas pero que sólo lo demuestran en las barras de los bares, esos que se tienen que dar de cara a la hora de sacarse sus carnets y lograr que haya un cuerpo social mínimo de 1.500 blanquiazules. El industrialismo debe dar un paso al frente, de apoyo incondicional a su equipo, pero con orden y con concierto, no provocando el desorden y el desconcierto, porque se está en un momento histórico, pero también en un momento propicio para el análisis, en un momento de pedir la celebración de una asamblea general de socios, como es preceptivo, y aprobar las cuentas del ejercicio pasado y aprobar el presupuesto de este año, que dicen rondan los 800 mil euros y eso es mucho dinero para lo que el club puede generar.
Y es que a pesar de la victoria, el Lucena no terminó de convencer. Esa es la idea que rondaba la cabeza de Alberto Monteagudo, ex jugador del Xerez y ahora primer entrenador del Lucena, tras acabar el partido ante el Jerez Industrial. “El partido ha tenido dos partes diferenciadas, una en la que no hemos hecho nuestro fútbol, no hemos abierto a banda, no hemos tocado rápido.... y una segunda donde hemos estado mejor. Pese a ello, soy consciente de que no hemos hecho un gran partido, pero me quedo con la victoria y la seriedad, la seguridad defensiva y el orden ofrecido”.
Una de las claves para que los tres puntos se quedasen en casa, fue para el albaceteño los cambios realizados y la experiencia. “Los cambios han dado el empaque necesario al equipo y hemos ido a más. Ha habido 6 ó 7 minutos que hemos estado más perdidos, pero Domingo le ha dado seriedad el centro del campo y David Agudo ha trabajado haciendo que los centrales no jugasen el balón con comodidad. Además la experiencia ha sido clave, ya que tenemos un equipo que no se vuelve loco con el 0-0 y sabe a lo que juega”.
Otro futbolista al que otorgaba méritos es al meta gallego Michi. “Es de justicia y de coherencia reconocer que Michi ha hecho un buen partido, no ha sido el mejor de su vida, pero ha estado bien. Ni antes era tan malo, ni ahora tan bueno. Él se ganó mi confianza en los entrenamientos y por ahora me está respondiendo”.
Por último tenía palabras para la afición. “Yo he visto a la afición animando desde el minuto 1 y respiro optimismo en la ciudad, es cierto que no ha respondido en el número esperado, pero ojalá gracias al mérito del equipo veamos la Ciudad Deportiva llena”.
Por su parte el técnico jerezano, Nico Sosa, coincidía en la valoración del partido con Alberto Monteagudo, significando que “el partido ha tenido dos partes muy diferenciadas. Una primera en la que todo ha estado muy igualado y si hubiésemos marcado el partido habría sido otro. En la segunda parte, nos desconcentramos y nos hicieron un gol, luego nos fuimos arriba con mucha precipitación y nos hicieron el 2-0, cosa excesiva para los méritos de ambos”.
Pese a la derrota no se marchaba enfadado con su equipo y vaticinaba para los dos contendientes una temporada sin sufrimientos. “Viendo el trabajo de mi equipo y el del Lucena, que le he visto los dos partidos, no creo que suframos para salvarnos y creo que aspiramos a estar en la zona tranquila de la tabla”.
Sosa, eso sí, hacía referencia a la atípica pretemporada que ha tenido su equipo y que hace que aún las líneas no estén lo suficientemente coordinadas. Entiende que a la vuelta de tres o cuatro encuentros se verá al auténtico Jerez Industrial.
Un Jerez Industrial que aún podría remodelar su plantilla, ya que se está pendiente de lo que ocurra con Vázquez. El jugador fue dado de baja por una lesión de cinco meses y aún se encuentra sin ficha federativa. La Federación debe dictaminar ahora si finalmente se le puede cursar la ficha o habrá que esperar al mercado de invierno.
Por cierto que en el choque de Lucena debutó finalmente Joaquín Bornes, aunque fuese en la recta final del choque. Quedan por hacerlo jugadores recientemente fichados como Choco, un futbolista que ha llegado para elevar la competencia en la banda izquierda, sobre todo en la zona defensiva donde Julio se encontraba muy solo y el experto Ramón Pereira, un jugador que por sí mismo es capaz de desequilibrar un encuentro y que, si está centrado en su trabajo, puede darle muchas tardes de triunfo a un Jerez Industrial que, de momento, marcha con tres puntos y que espera la visita de la A.D. Ceuta de Carlos Orúe. Por cierto que el encuentro ante los caballas posiblemente se adelante a la tarde del sábado, si el Ceuta da finalmente el visto bueno. No parece que haya mayores complicaciones para ello, por lo que, salvo problemas no previstos, el partido se disputará en la tarde del sábado.
Opinión
El Jerez Industrial está viviendo un año histórico que no puede ni debe irse al traste por acontecimientos extradeportivos. No sé si Ricardo maneja la opción de salir de la primera línea de combate y provocar un armisticio, pero no caben dudas de que las últimas posturas, aunque han podido fortalecer la unión del industrialismo, no conducen seriamente a nada positivo. El Industrial ha sido un equipo que siempre ha estado al margen de las guerras, a pesar de que ha sido vilipendiado como cuando le cambiaron las cerraduras al Estadio Domecq y se tuvo que suspender el partido porque no se podía acceder al interior del recinto municipal, del recinto de todos los jerezanos. Tuvo que exiliarse en campos como el del Club Nazaret o, incluso, ha jugado en La Barca y estuvo a punto de irse a pique en una campaña, en la antigua Preferente, en la que rozó el descenso a la Primera Provincial y se salvó en una promoción con el Guadiaro. Todo lo ha superado el industrialismo gracias a los industrialistas, esos que ahora deben mostrar su fervor por el equipo, esos que tienen que llevar al campo a aquellos que se dicen industrialistas pero que sólo lo demuestran en las barras de los bares, esos que se tienen que dar de cara a la hora de sacarse sus carnets y lograr que haya un cuerpo social mínimo de 1.500 blanquiazules. El industrialismo debe dar un paso al frente, de apoyo incondicional a su equipo, pero con orden y con concierto, no provocando el desorden y el desconcierto, porque se está en un momento histórico, pero también en un momento propicio para el análisis, en un momento de pedir la celebración de una asamblea general de socios, como es preceptivo, y aprobar las cuentas del ejercicio pasado y aprobar el presupuesto de este año, que dicen rondan los 800 mil euros y eso es mucho dinero para lo que el club puede generar.
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