Decía el otro día el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno (PP), que “muchos ciudadanos echan de menos” el bipartidismo que durante décadas rigió la vida política española, aunque es de imaginar que las opiniones (igual que la alegría) van por barrios. Pues hoy arranca una campaña electoral para las elecciones europeas y, sobre todo, municipales que son uno de los últimos reductos de ese bipartidismo ya que sólo PP y PSOE presentan candidaturas en los 786 municipios andaluces. Asistiremos a un gran combate a dos, aunque en realidad el 26M es una gran reválida para todos.
Y eso, para empezar, se aplica a un PP que llega a la cita (la tercera con las urnas que tienen los andaluces en menos de medio año) con la necesidad urgente de remontar el vuelo tras su tremendo desplome en las generales. Su líder nacional, Pablo Casado, ha ordenado una brusca maniobra para girar de la derecha al centro, la cuestión es si el volantazo llega a tiempo.
Pese a ello, en el PP andaluz lo tienen muy claro, y el que mejor lo ha verbalizado ha sido su portavoz parlamentario, José Antonio Nieto, que ha defendido sin complejos que PP, Cs y Vox tienen “la obligación de promover gobiernos” en todos los municipios en los que su suma dé mayoría absoluta. Todo lo contrario, asegura, es servirle en bandeja el poder a la izquierda. Es decir, que lo del giro al centro queda bien como eslogan, pero a la hora de la verdad no olvidan la fórmula que les ha llevado a la Presidencia de la Junta.
Con este telón de fondo, el combate más simbólico se va a dar en las capitales, donde el PP se impuso en siete en 2015, cuando sólo se le escapó Huelva. Eso sí, los pactos posteriores le arrebataron Cádiz, Córdoba y Sevilla, a lo que un año después se unió una moción de censura en Granada. Lo más terrorífico para los populares es que el 26M perdieron en todas, con batacazos tan sonoros como ser cuarta fuerza en Cádiz y Huelva y tercera en Málaga, el ayuntamiento más importante que controlan en España.
El PP también fue derrotados en las pasadas generales en todas las provincias, lo que le sirvió al PSOE para dibujar un mapa manchado de rojo y lucir su triunfo en 734 municipios. La secretaria general socialista, Susana Díaz, pudo entonces hacer lo que venía pregonando, sacarse la espina tras los resultados de las autonómicas del 2D, una espina por cierto que traspasó al PP. El PSOE sueña con repetir lo de las generales, aunque sabe que lo tiene difícil porque la política municipal es, literalmente, otro mundo, en el que pueden darse incluso pactos entre izquierda y derecha en función de escenarios muy peregrinos.
Díaz necesita otra victoria contundente para blindar su poder orgánico en Andalucía, sabedora de que tras esta cita acabará la tregua con su dirección federal. Y llegado ese momento, intentará esgrimir una buena cuenta de resultados.
El resto del escenario
Al margen del mano a mano entre PP y PSOE, Cs acude a la cita pasando de 114 a 323 candidaturas y soñando con que la sangría de los populares continúe para tener puertas abiertas. A la izquierda del todo, tenemos que se presenta Adelante Andalucía en unos sitios y Podemos e IU por separado en otros, además de infinidad de grupúsculos y marcas blancas. Y por último, Vox dará batalla en 160 municipios y aspira a tener poder institucional por primera vez, de hecho el 28M ya ganó en cuatro localidades, aunque habrá que ver si se lo permiten los pactos posteriores a un 26M que todos viven como una gran reválida.
Los rescoldos del PA
El gran ausente en estas elecciones municipales va a ser el desaparecido Partido Andalucía (PA), que en los comicios de 2015 logró hacerse con 15 alcaldías. Ahora, de cara al próximo 26M, 13 de estos regidores concurrirán como cabezas de lista bajo otras siglas, uno de los cuales lo hará con Cs, mientras que otros dos no se presentan como candidatos a repetir en el cargo. En concreto, siete van con la formación andalucista Andalucía Por Sí (AxSí), entre ellos el alcalde del municipio más grande de estos 15 (Coria del Río, en Sevilla), mientras que los cinco restantes concurren con marca propia.