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El jardín de Bomarzo

Los finales de curso

El año del Partido Popular ha sido, en general, como quien monta en montaña rusa y no sabe cuándo sube, baja o se despeña

Publicado: 26/07/2019 ·
10:58
· Actualizado: 26/07/2019 · 10:58
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  • El jardín de Bomarzo.
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Bomarzo

Bomarzo y sus míticos monstruos de la famosa ruta italiana de Viterbo en versión andaluza

El jardín de Bomarzo

Todos están invitados a visitar el jardín de Bomarzo. Ningún lugar mejor para saber lo que se cuece en la política andaluza

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"El político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones". W. Churchill

El último día antes de las vacaciones de verano recuerdo solían mezclarse sensaciones encontradas entre la pena a despedida de quienes compartieron pupitres y tantos recorridos y charlas por los pasillos durante el curso, ilusión por el inminente estío lleno de mañanas con sus cálidas tardes, inquietud también por esas malditas asignaturas que se atravesaron y por ello se venían de vacaciones destino septiembre, esperanza y vértigo por pasar de curso y con ello crecer ante la vida para vivirla con un grado extra de intensidad...  Acabar un curso tiene algo de fin, también de principio. A los jardines les sucede algo similar, cambian a través de sus ciclos anuales porque el tiempo y el esmero les hace sólidos, no siempre mejores, pero lo natural es que una poda acertada y sensibilidad medida den los frutos buscados en tiempos de flor y aromas.

El año del Partido Popular ha sido, en general, como quien monta en montaña rusa y no sabe cuándo sube, baja o se despeña. La sucesión de Rajoy abrió en canal el partido entre casadistas y sorayistas y solo el poder alcanzado en Andalucía mediante el acuerdo con Cs y gracias, nadie lo olvide, a VOX, que es quien realmente ha puesto lo que faltaba para desalojar al PSOE de la Junta, ha mantenido a un PP a flote pero a la deriva. Juanma Moreno, presidente, hizo efectiva su procedencia malagueña para dotar de poder a muchos de allí, como Elías Bendodo en presidencia, Juan de Dios Mellado ahora como director general de Canal Sur o Marta Olea al frente de Comunicación Social, entre otros. Los cambios en la RTVA, en su consejo audiovisual, y en su estructura directiva, más en la programática que vendrán ahora, son reflejo de la idea de cambiar cosas sin hacer ruido para no alterar.

Las relaciones de gobierno con su socio naranja han ido bien, fruto quizás de personas con caracteres dispuestos a encontrarse. Bendodo y Marín han congeniado, también Sanz con Cardenete, viceconsejeros, y sus personas de confianza; esto ha facilitado la fluidez interna, otra cosa es la valoración que se pueda hacer en cuanto al balance de gestión -para el gobierno será estupenda, para PSOE y Unidas P será nefasta-. 

En el plano orgánico, Juanma Moreno ha puesto especial interés en la elección de los presidentes provinciales para que estos sean de su cuerda y, a partir de ahí, controlar el partido hasta su base.

Así sucedió en Cádiz forzando la renuncia ya prevista de Antonio Sanz a una presidencia provincial a la que aspiraban Pepe Ortiz, alcalde de Vejer y casadista y que ahora aguarda nombramiento en Madrid en la reestructuración prevista y a saber si esta vez dejará la alcaldía de su pueblo, y Antonio Saldaña, que estos días anda haciendo las cuentas que no le salen entre sus portavocías y los asesores. El presidente Moreno optó por Mestre porque la prefiere a los otros dos y esta, en la junta directiva provincial celebrada el martes en Algeciras, repartió poderes entre Cádiz, Jerez y Algeciras, a quienes no contentó especialmente y sí molestó al resto, degradó a Sillero, Loaiza y Candón, nombró presidente de honor a Sanz para, entre otras cosas, que no vuelva, que no piensa volver, y se despidió ante los casi cien presentes con un discurso que deja muy a las claras las líneas básicas de su gestión futura: "no vayáis mucho a la playa porque el moreno da mala imagen...", dijo. La legislatura por tanto del PP de Cádiz, con tanto gallo suelto, va a ser chula, chula.

El PSOE, mientras, no es que haya tenido un año convulso: vive en un año convulso. Como el día de marmota, "!Buenos días excursionistas, hoy es el día...". Pedro Sánchez transita dentro de su Manual de Resistencia y del viajar solo en su coche tras perderlo todo ha pasado a presidente, a someter a su íntima enemiga Susana Díaz con un acuerdo en Andalucía con pinta de tregua, y, ahora, a doblegar a Unidas P y a su líder Iglesias. Más el independentismo rondando Moncloa, ese que para rabia general ha logrado catalanizar España. Si prospera lo que se teme, pasará factura a Cs, a Rivera y, puede, a Inés Arrimadas, que en este viaje nefasto de Barcelona a Madrid ha dejado casi todo el crédito que la tenía en los altares de la sucesión. Mala idea.

Susana se leyó el Manual... de Sánchez y lo aplica. Pactó tregua con Ferraz de manera que si permitían la continuidad de los presidentes de las diputaciones de Sevilla, Cádiz y Córdoba ella prometía apartarse del escenario andaluz si las encuestas, llegado el momento, no le daban opciones de gobierno, renunciado tanto a la oferta de ser ministra como presidenta del senado -las dos fueron ciertas-. Y las encuestas, por ahora, las que ya circulan..., le dan un alto índice de conocimiento -el más alto de los cinco- pero una valoración baja, solo por encima de los candidatos de VOX y Unidas P. Es pronto y el camino largo, pero la tendencia clara y mucho tendrá que remar para dulcificar su imagen y, a lomos de ella, intentar la reconquista de San Telmo. El sanchismo andaluz no ha entendido la tregua porque esperaba el anunciado corte para tomar las riendas del poder. Y aunque hayan logrado sus cuotas en las estructuras, lo cierto es que el poder no y al final el que manda reparte y el que reparte se lleva, siempre, la mejor parte. 

La política actual es una montaña rusa donde hoy estás en la cima y solo unos segundos más tarde caes al subsuelo; el no obstinado a Sánchez de Rivera, su mala política orgánica en elecciones locales y su indefinición ideológica ha recolocado a la formación naranja en posición clara de caída y sin frenos, ante lo cual una repetición electoral podría terminar en drama dramático. Cs de manera sorpresiva ha perdido punch muy rápido demostrando tener los pies de barro en el proceso de gestión de unas municipales -eligiendo a sus candidatos tarde y, en muchos casos, mal, y no dando el valor necesario al hecho vital de que el poder de los partidos nace en los territorios-. Y en Unidas P pasa algo similar porque todo huele a cortijo de Iglesias y su pareja, porque válidos como Maíllo lo deja y, según parece, a él le seguirá Teresa Rodríguez a la vuelta de verano, en septiembre, dimitiendo. Por último, la incalificable apuesta de VOX; no es Abascal, es que cuando te cruzas con un concejal electo y charlas y le escuchas directamente recuerdas a Vargas Llosa y su ¿Cuándo se jodió el Perú?

Lo ocurrido en estos días en el hemiciclo con sus asistentes intentando disimular pensamientos, repartidos entre la frustración, el odio, la sonrisa interior e incluso el temor a otra convocatoria de elecciones para la que, quizás, algunos imaginan no consigan repetir en primeros puestos de la lista, e incluso la trampa de última hora a Pablo Iglesias que recibió whatsaap de un supuesto destacado socialista que le decía "pídele las políticas activas de empleo, que te lo va a aceptar" e Iglesias, sin más, pidió a Sánchez como una propuesta de última hora para acabar en gran zasca de la socialista Adriana Lastra, que le recordó que esas competencias estaban trasferidas a las comunidades autónomas –sic-, son el reflejo del juego político que venimos padeciendo desde que las mayorías absolutas desaparecieron por el nacimiento de partidos políticos con grandes expectativas y que por día se ven frustradas porque si hay algo que distingue a PP y PSOE es que saben lo que supone controlar el poder del Estado, mientras Unidas P y Cs se pierden en planteamientos a ninguna parte. La izquierda con su enfrentamiento endémico retransmitido ante la opinión pública no tiene arreglo, pero su efecto colateral es en favor de un PSOE que siempre vuelve, renace de las cenizas. Y la ficticia y aparente unión de la derecha es flor de un día. Un fin de curso que aventura la vuelta hacia el bipartidismo donde no hay que hacer concesiones, ni repartos de ministerios, ni juegos malabares para disimular ante el votante que en realidad lo que se hace es negociar aquello que, de haberse sabido antes, nunca hubiera tenido el favor de su voto.  

Y, ASÍ, llegamos al final de curso y, clan clan, al cierre de la verja, un año más, de este ajardinado lugar, florido a veces, ahora con tonos más dorados por esta ventisca estival que lo reseca todo. La política y los jardines, bien pensando, tiene muchas cosas en común, necesitan de dedicación diaria, de mucho abono y riego, imprescindible es desbrozar y cortar malas hierbas que perjudican la crecida de lo bueno y cuando esto no se hace, se paga más tarde, como siempre es importante la poda de ramales secos para que los buenos crezcan nutridos; no hay que olvidar que el clima debe acompañar, la lluvia cuando corresponde y mejor si es fina, cala perfecta, y, lo más importante, la suerte siempre necesaria para que las cosas florezcan como deben. Libremente, sin guías. Y si todo se hace correcto, se labora a diario con interés y perseverancia, lo normal es conseguir buenas cosechas.

Buen agosto, mucha salud y apetecibles alimentos para todos los que hasta aquí tuvieron la inquietud temerosa de pasear entre estos arbustos.

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