El Gobierno andaluz ha propuesto, dentro de las medidas para la desescalada en el confinamiento que ha trasladado al Ejecutivo central, que con carácter general, en las muchas actividades que se van a poder ir reactivando en las próximas semanas, se lleve a cabo el reconocimiento médico "de todos los empleados antes de incorporarse a sus puestos de trabajo" de manera presencial, "sean públicos o privados", y métodos para medir la temperatura de usuarios que acceden a determinados establecimientos.
Así lo ha anunciado este lunes el vicepresidente de la Junta y consejero de Turismo, Regeneración, Justicia y Administración Local, Juan Marín, durante una comparecencia vía telemática desde el Palacio de San Telmo, junto al consejero de Salud y Familias, Jesús Aguirre, tras la reunión del gabinete de crisis del Gobierno autonómico ante la crisis sanitaria del coronavirus.
A nivel general, la Junta de Andalucía ha propuesto el reconocimiento médico para los empleados públicos y privados antes de reincorporarse, medidas para medir la temperatura de los usuarios, guardar la distancia social y el uso de mascarillas y geles hidroalcohólicos. Marín también ha puesto el acento en que el fomento del teletrabajo "es fundamental" y ha sido un "descubrimiento que podemos hacer más cosas desde casa de lo que pensábamos".
El vicepresidente de la Junta ha explicado que las propuestas que se han trasladado al Gobierno central se han trabajado en torno a tres ejes fundamentales: intensificar la labor del sistema de vigilancia epidemiológica, haciendo un seguimiento de casos y un rastreo de los contactos que haya podido mantener una persona contagiada en los últimos catorce días; asegurar la provisión y uso adecuado de los sistemas de protección y de medidas higiénico-sanitarias, con campañas y la compra del material necesario, y medidas de control rápido y eficaz de nuevos casos, de manera que se van a asignar profesionales de referencia en prevención y se va a continuar con el control a residencias de ancianos.
"Es un plan basado en la decisión de los expertos y elaborado con mucho sentido común y mucho sentido de la responsabilidad. Esperamos que el Gobierno nos escuche", ha señalado Marín, quien ha agregado que en torno a estas tres líneas generales se han diseñado medidas concretas en el ámbito poblacional, ámbito sanitario y sociosanitario, y en el de vigilancia epidemiológica.
A nivel poblacional, según ha expuesto, se han planteado planes específicos de control comunitarios, educación para la salud de la población, consolidar una cultura y disponer de recursos para la prevención. En cuanto al nivel sanitario, se contempla la ampliación de la capacidad de la realización de pruebas diagnósticas, asegurar medidas efectivas de control, desarrollar labores comunitarias de los medios de atención primaria, humanizar la asistencia e intensificar la formación de los profesionales.
En el socio-sanitario, según ha explicado, se reforzará el control y seguimiento en los centros residenciales y sociales, garantizar el diagnóstico precoz, la aplicación de recomendaciones, planes de contingencia y criterios de derivación para diagnóstico o tratamiento hospitalario.
La Junta de Andalucía está trabajando en una desescalada atendiendo a la buena evolución de sus cifras en la lucha contra la pandemia, como se comprueba en el hecho de que es la tercera comunidad autónoma con cifras más bajas en incidencias en casos por cada 100.000 habitantes. Además, cuenta con 135 fallecidos por cada millón de habitantes frente a 555 en el resto de España. Esto supone el 24% de la media de las demás comunidades.
Marín ha señalado que en las propuestas que se han enviado al Gobierno central no se señalan municipios o comarcas andaluzas en los que antes se podría iniciar la desescalada, ya que para determinarlos antes habrá que contar con los criterios que establece la autoridad única.