El sueco Robin Soderling, verdugo del español Rafa Nadal en Roland Garros, volvió a derrotar ayer a la segunda raqueta del mundo en el O2 de Londres por 6-4 y 6-4 dentro del Grupo B de la liguilla del Masters.

El tenista nórdico, primer reserva de este torneo ante la baja del estadounidense Andy Roddick, tardó en la pista central 1 hora y 38 minutos en anotarse el primer punto en el debut de esta competición de elegidos.

En cuatro encuentros disputados contra el sueco, el jugador español, que no disputó la Copa Masters el pasado año por lesión, había vencido a Soderling por 3-1, pero ayer no logró remontar el juego de su oponente.

Nadal achacó su derrota a su “intranquilidad mental” y “falta de confianza” y aseguró que no se trataba de un problema de “nivel”.

Reconoció que empezó “mal” su pulso con el nórdico para luego lograr un “nivel correcto” excepto en los “momentos en los que no tenía que fallar”.

“Me está faltando un poquito de tranquilidad y de confianza para superar esos momentos en los que hay tensión”, señaló. “Me ha faltado un poco más de calma y, por lo demás, todo va junto, pero bueno, las cosas han venido así y hay que aceptar la situación y desde el trabajo se puede mejorar”.

Aclaró, eso sí, que contra Soderling en ningún momento se sintió “inferior en la pista”.

“Técnicamente no era para nada inferior, aunque sí en el momento de auto confianza y tranquilidad. Si hubiera estado con los momentos de tranquilidad normales, hubiera tenido opciones de ganar. ¿Hay que seguir mejorando? sí, pero no es un problema de nivel”, explicó el número 2.

También habló de su propósito de “empezar el próximo año con buenas vibraciones”.
Ante el hecho de que los tres jugadores hispanos –Nadal, Juan Martín Del Potro y Fernando Verdasco– hayan perdido su primer partido en la liguilla del Torneo de Maestros, admitió que no era buena señal.

El zurdo de Manacor recordó, una vez más, que la presente temporada había sido “un año difícil” para él, “muy bueno, pero también difícil y que ante esto, tenía que “aceptar la situación”.

El encuentro con la prensa terminó de forma peculiar, ya que al manacorense se le entregó una réplica del trofeo que ganó en el 2005 en el Abierto Mexicano y que perdió en un taxi. Ante este gesto, el balear bromeó: “Bueno, al menos voy a ganar un trofeo hoy”.

Por su parte, Robin Soderling afirmó que le resulta siempre “divertido” jugar con el balear, y reconoció que arrancó este duelo “bastante nervioso”.