Mientras Queipo de Llano sigue descansando con honores cristianos en la Basílica de la Macarena, y Francisco Beca Casanova opina que hay que fusilar a veintiséis millones de hijos de puta, veintiséis millones de rojos, para que él duerma tranquilo, en San Fernando sigue habiendo una calle llamada “Héroes del Baleares” y en su Museo Naval se muestra la manita de un Niño Jesús que llevaba uno de estos héroes antes de morir.
Los soldados son soldados, y no tienen culpa de hacia dónde los lleven sus generales, sobre todo si es bajo pena de muerte dentro de un golpe militar, pero el tratamiento de héroes se les queda grande, de largo, teniendo en cuenta que lo más destacado que hizo el crucero Baleares durante la guerra civil española fue disparar desde el mar hacia la tierra contra población civil que huía de Málaga a Almería en un episodio tan cruento que parece increíble, y que conocemos como la Desbandá. Héroes habrían sido si se hubiesen rebelado y negado a matar civiles. Esta operación, esta masacre, fue dirigida por Queipo de Llano; nuestro Marqués de Varela, al que el gobierno socialista del PSOE quiere sacar de la Plaza del Rey sin que se note, sin que parezca que se obedece la ley de Memoria Histórica, no dirigió la operación porque lo mandaron a Córdoba, pero su ánimo era el mismo que el del Virrey del Sur. No en vano, en el mismo 1936, dijo “en Cádiz no dejaremos un republicano ni nadie que huela a izquierda con vida”. Está bien que la gente de La Isla sepa que ambos eran asesinos de civiles, y que el PSOE en una y otro ciudad no se ha atrevido con ellos.
Ahora, pensad cuánta mierda debe haber en la cabeza de alguien par dirigir un ataque por mar y aire durante días sobre hombres, mujeres y niños que huyen desde Málaga hasta Almería, la mayoría civiles, con el único objeto de “matar rojos”. No querían ni hacer prisioneros; querían exterminar el gen rojo. Como Varela, el de la Plaza del Rey. Estos eran los héroes de la calle que tenemos en San Fernando y que el PSOE, antes de cambiar de nombre, bosteza y bosteza, y se hace el loco. ¿Hubo crímenes de lesa humanidad por ambos bandos? Seguro. ¿Me veréis alguna vez defender que se ponga el nombre de una calle a un sociópata por más que defendiese la República? Jamás.
Francisco Beca Casanova opina que hay que fusilar a veintiséis millones de hijos de puta rojos en España, incluyendo niños, por supuesto. Ha hecho el cálculo, el cabrón. Para algunos será un héroe, como los héroes del Baleares, como el miserable vividor Queipo de Llano, que arengaba a sus tropas para que violaran a las mujeres de los rojos. Para algunos, José Enrique Varela, a quien Franco le concedió un marquesado por su labor como golpista y ministro de su régimen, quien para vergüenza nuestra es hijo predilecto de la provincia de Cádiz, también será un héroe y no habría que sacarlo de la Plaza del Rey. Hoy hace 84 años que gente como él comenzó una ignominiosa matanza de civiles que huían de la guerra, una matanza que duró días y para la que ni siquiera se atrevieron a acercarse a disparar. Luego nos dicen que olvidemos, que no removamos el pasado; mientras Queipo de Llanos descanse en La Macarena, mientras haya una calle llamada Héroes del Baleares, mientras siga la estatua del asesino Varela, mientras todo esto no se estudie en los institutos españoles, habrá un memorialista para recordar que este país trata como héroes a unos traidores, cuando no a una ralea de hijos de puta.
