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En román paladino

Megavatio, odio y SMI

Los del odio han perdido el miedo. El miedo es del diferente

Publicado: 09/09/2021 ·
17:01
· Actualizado: 29/11/2021 · 21:08
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  • Electricidad -
Autor

Rafael Román

Rafael Román es profesor universitario, miembro del PSOE, exconsejero de Cultura y expresidente de la Diputación de Cádiz

En román paladino

El autor aborda en su espacio todos los aspectos de la actualidad política tanto de España, Andalucía y la provincia de Cádiz.

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Nunca antes España se había interesado  tanto por el megavatio! Ahora sí, por el temor  a que el  dichoso megavatio a 135 ó 140 por hora se coma todo lo comible. Bueno, se lo van a comer las oligopolísticas y superprotegidas compañías eléctricas. No sabemos -el común de los consumidores- lo que encierra en su interior el megavatio, pero tememos lo que vomita: la factura escrita que llegará por su culpa. La temible no ha sido aún impresa en papel. Que se sepa.  El gobierno podrá hacer lo que quiera para rebajarles los ingresos  a las eléctricas porque recibirá los aplausos de la opinión pública. No así de la opinión publicada porque son,  además, poderosas y tienen influencia  notable, como es notorio. La limitación del gobierno está en la legislación europea y en el respeto a la legalidad. Pero es evidente que podrá -y lo hará- porque si no no se entiende la respuesta categórica del presidente del Gobierno a preguntas de Pepa Bueno,  directora de El País: “Me comprometo: cuando acabe 2021 se habrá pagado de luz lo mismo que en 2018”.

Ya se sabe que los que le pusieron el impuesto al sol tienen soluciones para todo.  Cualquier  ciudadano con una instalación de autoconsumo debía abonar una tasa para contribuir a mantener el sistema eléctrico de las compañías. Esa sí que era una solución social de los populares. Durante el tiempo que estuvo vigente, ese impuesto tan original -al sol- debía abonarlo cualquier consumidor que tuviera en su vivienda placas solares ¡para el autoconsumo! Ahora tienen soluciones   imaginativas  para todo. Pero el Salario Mínimo Interprofesional siempre lo consideran excesivo y desestabilizador de la economía.

Se desgañitan -sobre todo los populares madrileños-  manifestando que  el partido ultraderechista  no tiene nada que ver con la subida de la temperatura social en las agresiones homófobas o contra la violencia a las mujeres, que nunca condenan,  ni unas ni otras.  Tanto  hierve el asunto que se ha  tenido que convocarse de urgencia la comisión de seguimiento del  Plan de Lucha Contra los Delitos de Odio. El incremento - comunicado por la Fiscal General del Estado- fomenta "graves conductas vulneradoras de la dignidad humana y llegan a provocar actitudes violentas”. Este año han aumentado un 47% las de orientación sexual.Los del odio han perdido el miedo. El miedo es del diferente.

 

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