La concentración en protesta por la calidad del agua potable en Arcos registró la participación de un centenar de vecinos y vecinas que así alzaron la voz por la situación que vienen sufriendo desde hace casi un año. El agua que reciben de la red general en sus hogares continúa mostrando un color marrón, con impurezas en muchos casos, e incluso maloliente, como explicaban algunos afectados.
Con este panorama, los usuarios denuncian los problemas a la hora de lavar la ropa, fregar, asearse y otras tareas domésticas diarias. Asimismo, señalan que a pesar de ser sufridores en primera persona continúan pagando por el servicio como si tal cosa. Así, algunos hablaron incluso de “tomadura de pelo” porque las soluciones no llegan.
Varios presentes en la concentración se quejaron ante este medio del dudoso apoyo social con que había contado la protesta. Y es que no todas las barriadas del amplio término de Arcos sufren la situación, pero sí lugares como El Cerro de la Reina, barriadas Las Canteras y La Paz y otras zonas céntricas, lo cual afecta a cientos de personas.
La protesta fue apoyada políticamente por el grupo Ai-Pro, representado por sus concejales Manuel Erdozain y Leopoldo Pérez, que días antes habían hecho un llamamiento a la participación. Aunque no hubo presencia de concejales de otros partidos, tan sólo el equipo de Gobierno se había pronunciado un día antes a través del alcalde Isidoro Gambín, que en este sentido manifestó entender las causas de la movilización y recordó las medidas que se vienen poniendo desde el Ayuntamiento para solucionar la turbidez del agua.
Mientras tanto, desde la empresa concesionaria, Aqualia, admiten que “el agua normalmente distribuida que no presenta estas incidencias de color cumple con todas las garantías de potabilidad legalmente establecidas por la Ley”. Asimismo, apunta a que “en los episodios en los que se producen incidencias de color, en función de las analíticas sanitarias realizadas al agua en laboratorio acreditado, no la califican como perjudicial para la salud, aunque tanto el Ayuntamiento como Aqualia entienden las reticencias a su ingesta y su utilización”.
Ambas partes declaran que desde hace meses se viene estudiando el posible origen de la turbidez del agua. “La investigación se centra en uno de los pozos de los que se capta el agua, el pozo número seis, cuya calidad ha variado probablemente influido por cambios en la composición del acuífero del que se surte, el agua del pozo presenta mayores niveles de hierro y manganeso, dos componentes naturales presentes en el terreno, que pasan al agua subterránea a medida que esta se filtra por el suelo y los disuelve”, explica Aqualia en un comunicado público. Estos dos componentes, el hierro y el manganeso, reaccionan al contacto con el cloro, necesario para la potabilización del agua, y se oxidan, produciendo el color observado. Además, las partículas se van depositando en el interior de las tuberías y, cuando hay cambios de velocidad en el flujo del agua, se desprenden y hacen que ésta se coloree, como en las ocasiones en que hay averías o se limpian los depósitos”, insiste la empresa.
Como posible solución, el Ayuntamiento y la empresa trabajan en la puesta en marcha de un nuevo pozo de captación, el pozo número siete, para poder dejar en desuso el seis y que este recupere sus niveles normales. Actualmente se realizan las últimas pruebas para poder ponerlo en marcha, drenando el agua hasta que presente los parámetros analíticos adecuados y pueda usarse para su consumo con garantías sanitarias”. El nuevo pozo se ubica en El Santiscal, en el arroyo del Cañaveral, y podría entrar en funcionamiento en menos de un mes.
“Paciencia y colaboración”
Hasta entonces, Aqualia pide “la colaboración ciudadana para que cuando se detecte un episodio de color en el agua de sus grifos, se dé aviso en el número gratuito de averías 900 81 44 83, disponible 24 horas, para poder configurar un mapa que delimite la zona afectada. Un trabajador de Aqualia acudirá al domicilio afectado, tomará una muestra del agua y se realizará una purga de la red de abastecimiento, es decir, se enjuaga la tubería hasta que el agua salga en condiciones óptimas”.
Tanto Ayuntamiento como Aqualia piden “paciencia y comprensión a los vecinos, a los que ruegan disculpas por todas las molestias”.