La parroquia de San Francisco fue la inicial protagonista de la convocatoria del Viernes Santo con la tercera y última de las procesiones que parten del templo en Semana Santa. La hermandad del Dulce Nombre y Nuestra Señora de la Quinta Angustia mostró su carácter sacramental en una tarde donde nuevamente la climatología acompañó el desfile para que este culminara de la mejor manera posible.
La hermandad cumplió a rajatabla con la secuencia prevista para, después de su salida a las 19.00 horas, alcanzar la carrera oficial a las 21.15 horas exactamente y así solicitar el simbólico permiso para hacer estación de penitencia en la Basílica Menor de Santa María de la Asunción, siendo recibida igualmente en la plaza del Cabildo por autoridades y la representación del resto de las hermandades locales. Ya en torno a las 00.00 horas y tras un severo recorrido marcado por las cuestas y a tal efecto por el esfuerzos de los costaleros, la cofradía entró en su templo con los deberes sobradamente hechos.
Entre las novedades materiales, lo más destacado fue el estreno del tallado de la canastilla frontal y de tres cartelas delanteras y traseras en carpintería que mostró el paso en fase de construcción de Nuestra Señora de la Quinta Angustia, un trabajo del que se está encargando el experto tallista José Ángel Banegas. En este apartado de estrenos, también es preciso reseñar el juego de incensarios de orfebrería realizado por la firma Paula Orfebres.
Respecto al acompañamiento musical de la procesión, el plateado paso del Dulce Nombre de Jesús quedó ilustrado por la Agrupación Musical de Nuestra Señora del Rosario Coronada, de Rota, mientras que el paso de Nuestra Señora de la Quinta Angustia quedó acompañado por la Banda de Cornetas y Tambores Zoilo Ruiz Mateos, también de Rota, que así puso música a la imponente imagen de la Virgen María portando entre sus brazos a su Hijo, el Santísimo Cristo de las Penas, ya muerto y descendido de la cruz.
El paso del ‘Niño’, dirigido por los capataces Nicolás Sánchez Muñoz y Pablo Moreno Rubiales, se mostró exornado con rosas, orquídeas y claveles rojos, y el cada vez más habitual helecho que da un tono muy primaveral al conjunto floral; el paso de la Virgen María, dirigido en este caso por los capataces Juan Manuel García Pajuelo y Óscar Roldán Soto, mostró, entre otras, hermosas rosas burdeos para realzar su belleza.
Como marca la tradición en esta hermandad, el recorrido contó con numerosos niños y niñas dentro de su cierto carácter jubiloso, el habitual y vistoso cuerpo de acólitos y la representación de la Iglesia gracias al párroco de San Francisco y director espiritual de la cofradía, Iván Carrera. Antes de su salida en procesión, la Corporación dirigida por María Dolores García de Veas contó con numerosas muestras de cariño, entre ellas las de los partidos políticos PP y Ai-Pro cuyos candidatos a la Alcaldía de Arcos realizaron sendas ofrendas florales a la hermandad. Entre los momentos de intimidad y rezo, destaca la participación de la hermandad en los sagrados oficios celebrados en el templo franciscano un día antes como símbolo de fraternidad y de la humildad encarnadas en la figura de Nuestro Señor Jesucristo.