El Arcos sigue su irrefrenable camino a los infiernos en la denominada ‘liguilla del descenso’ y continúa sin estrenar su casillero de puntos tras disputarse la segunda jornada. A pesar de comenzar el encuentro con algunas señales de recuperación buscando el portal de Fermín, que tuvo que sacarse de encima como pudo un disparo de Rosales en una falta al borde del área en el min. tres, pronto se pudo comprobar que era un espejismo.

 

La verdad es que, conociendo el pobre historial de los arcenses en el campo de fútbol gerenero en las últimas temporadas -cero victorias y dos empates en siete visitas-, poco o nada se esperaba de su viaje al feudo rojinegro, aunque siempre quedase la esperanza de que las cosas se pusieran a favor en un momento dado. En esta ocasión, tampoco sucedió porque, a las primeras de cambio (min. 5), como ocurrió el pasado sábado ante el Castilleja, una acción defensiva desacertada habilitó al legendario Tore para que abriera el marcador, complicando aún más la heroica empresa de puntuar en el José Juan Romero, un campo maldito para los intereses del Arcos.

Había que reaccionar para empatar, pero a los serranos les cuesta un mundo crear ocasiones y otro mundo más transformarlas. Los números no engañan, ni las señales que emitían uno y otro equipo desde el césped: la escuadra sevillana funcionando en todas sus líneas a revienta calderas y la visitante tratando de encontrarse a sí misma para no cometer errores imperdonables, como el que habilitó a Sergio Rodríguez para hacer el segundo en el min. 22, un gol que prácticamente dejaba sentenciado el choque, aunque faltasen casi 70 minutos para terminar.

Al regreso del descanso, un poco más de lo mismo: un Gerena jugando con la ventaja de los dos goles y gustándose en sus acciones ante un Arcos impotente para llegar a la portería del rival, a pesar del intento de Bolli por rectificar situaciones indeseadas con los cambios de rigor, incluyendo el del capitán Maqui. Quedaba el tercero de los locales, un golazo de Perotti de vaselina a la escuadra superando a Lebrón para ahondar más en la herida de un Arcos perdido en su querer y no poder.

 

Juan Ramón Martín, el técnico del CD Gerena al término del encuentro.

Las sensaciones que deja el equipo no pueden ser peores, pero en fútbol todo empieza de cero en cada jornada. El reto es darle la vuelta a la tortilla cuanto antes, pero tienen que cambiar muchas cosas para que suceda lo que ahora mismo se nos antoja como un milagro irrealizable.