La Asociación LGBTIQ Delta Sierra de Cádiz clausuraba el pasado domingo el VIII ‘Orgullo Serrano’ que este año se ha podido retomar en un formato semipresencial. Arcos ha acogido varios de los actos desarrollados a lo largo de la semana; el último de ellos la lectura de un manifiesto por parte del activista Rafael Gil en el que el movimiento LGBTIQ se remitió a la pandemia del COVID-19: “Esa normalidad es solo para una parte de la sociedad, ya que nuestro colectivo, el de las personas LGBTIQ sigue estando en el punto de mira, sigue siendo anormal e invisible para muchos, sigue siendo cuestionado y atacado desde posturas de odio e incomprensión. Es por ello por lo que, para salir de esta pandemia, también necesitamos inmunizarnos frente al odio. Hay que seguir alzando el grito de la reivindicación, de la lucha por los derechos del colectivo en cualquier ámbito de la vida social, laboral, sanitaria, política…; un grito que dé voz a las personas que siguen sufriendo acoso, ataques, insultos, vejaciones…; un grito por las que siguen sin tener voz, por las silenciadas, señaladas, apartadas de la sociedad…; un grito de unidad frente a los muros que nos siguen poniendo en nuestras vidas”. Sin embargo, el manifiesto reflejó que “para que esta inmunización sea efectiva es necesario seguir implementando más protocolos de actuación frente a los delitos de odio, más protección, más recursos para visibilizar nuestra realidad y nuestro colectivo. Es necesario seguir diciendo no a lo irracional, llamando a las cosas por su nombre sin rodeos. Es necesario apoyar sin fisuras al colectivo, a sus diferentes siglas, especialmente a aquellas que siguen siendo cuestionadas por debates absurdos y vacíos, como es el caso del colectivo trans”.
El manifiesto abogó, además, por una ley trans estatal: “Una ley trans estatal ya, sin atrasos, sin peros ni obstáculos sin sentido. Decimos alto y claro que la ley trans será ley si se incluye la autodeterminación del género, y que tomen nota los partidos que siguen poniendo zancadillas a esta ley”. El manifiesto señala que la bandera LGBTIQ “ha de ser un símbolo de respeto en nuestra Sierra de Cádiz, un símbolo de convivencia, de aceptación hacia el colectivo”. La convocatoria, en la fuente conocida como La Cibelita, contó con el apoyo de las delegadas Ana Carrera y Saray Soria en nombre del equipo de Gobierno.
