Hace unas semanas estaba tan motivada por escribir de tantos temas que debí haberlo hecho. No solo debí imaginar pues de eso trata la motivación por determinadas acciones que puede ir y puede volver. El cansancio también ayuda en determinadas ocasiones a querer hacer algo, pero casi de manera automática se convierte en tal odisea que prefieres seguir ahí pensando, presa de tu imaginación pues ahí es un océano que nadie puede explorar pues en la inmensidad de tus pensamientos solo estáis ambos.
Aquí me encuentro frente a mi ordenador con tantos pensamientos por ordenar para escribir que sinceramente no me apetece clasificar. Han sido dos semanas desde la última vez que tuvimos oportunidad de leernos. Dos semanas intensas en la que una de ellas gracias a la lluvia hemos podido disfrutar en familia, olvidar los relojes, dedicarnos tiempo que esa es la mayor recompensa que me llevo de la semana santa. Dicho sea de paso, a pesar de sentir mucha controversia con la iglesia, siento que no hayan podido disfrutar de su semana de gloria por la lluvia.
En mi trabajo siempre hablamos de focalizar. Focalizar cuando quieres conseguir algo y solo así podrás conseguirlo. Como se suele decir, en casa de herrero cuchara de palo. No me apetece focalizar así que vamos hacer un rápido camino entre aquello que más me ha llamado la atención a lo largo de estas semanas.
1. Barbate es una ruina.
De ello se encarga las personas que nos gobiernan y ahí, ahí entran los 21 que se sientan en el salón de plenos. Nos amargáis y hacéis que odiemos todo lo que se relacione con la política. ¿plan de singularidad?, ¿centros educativos cerrados?, ¿piscina municipal?, ¿polideportivo abandonado?, ¿socavón en el cine avenida? ¿aqualia sigue?, ¿barriadas abandonadas?, ¿horas extra sin pagar a la policía? ¿más cargos de confianzas? Y ahí siguen y ahí seguirán como en el barco de chanquete.
Quién va a ordenar eso. Esto no hay quién lo ordene mientras solo importe subirse los sueldos en detrimento de todos y cada uno de nuestros servicios como barbateños/as. Ahora llega el verano, PROHIBIDO QUEJARSE, que ahuyentas al turista. ¡Venga ya y dejaros de rollo!
2. Vamos por la siguiente ¡Ah, pero tu marido te ayuda, que bien!
Mi cerebro es abrir los ojos y se activa de manera automática. En oscuras mientras llego a la cocina voy calculando aquello que debo hacer a lo largo del día. Eso sí, de lunes a viernes, el fin de semana suelo darle descanso.
Mi sorpresa siempre llega cuando en conversaciones con personas muy dispares (en su inmensidad mujeres) sorprende que mi marido se encargue de hacer la comida, de recoger, de llevar a nuestros hijos a extraescolares o de ir al colegio porque ahí me ayuda.
No, no me ayuda. Hace su labor de padre al igual que la hago yo como madre, pero la realidad es bien distinta pues tenemos interiorizado que sea la mujer quién tiene que hacer la gran parte de cosas y el hombre ayuda, pero no, no es así. Me niego. Él trabaja. Yo también. Él es padre. Yo soy madre. Él es hombre. Yo mujer. IGUALDAD. FIN.
3. Felicitar a mi Tomás por aquí se queda corto ¡Felicidades mi muchacho de banderas!
Él es quien me enseñó que para aprender hay que equivocarse y lo llevo grabado a fuego. Cuando nos conocimos éramos dos niños. Él lo era literalmente hablando pues sólo tenía 6 años pero esta semana acaba de cumplir su mayoría de edad y yo no puedo estar más orgullosa de él. Te quiero.
Aquí sigo escribiendo con mis pensamientos desordenados y sin querer ponerle un orden porque dentro de mi desorden mental también encuentro mi orden y mi paz. ¡Feliz semana familia! Nos leemos pronto. Gracias por escucharme. Sois terapia para mí cada semana