La banda gaditana Salvaje Lola se prepara para e lanzamiento de su disco debut, llamado “Que No”, que el próximo día 1 de marzo estará en tiendas y, un mes después, el 1 de abril, estará disponible en plataformas digitales.
"Ardiendo", "Esta ciudad", "Si no existieras" y "La madrugada", menudo póquer de ases. Cuatro sencillos les han bastado a Salvaje Lola para hacerse un huequito en los corazones de todos aquellos que siempre guardamos un “sitito” para el power pop. La banda, pen(última) heredera de ese linaje gaditano que se remonta a Los Hermanos Dalton, publicarán el próximo 1 de marzo de la mano de Family Spree Recordings y en flamante vinilo "Que no", su esperado álbum de debut que llegará a plataformas digitales un mes después, el viernes 1 de abril. Pero si quieres hincarle el diente antes que nadie a este arsenal de hits ya puedes hacerte con él en este enlace,
https://familyspreerecordings.bandcamp.com/album/fsr103-salvaje-lola-que-no-lp , en una tirada limitada de pre-venta ¡y con una chapa y una pegatina como regalo! Más power y más pop, imposible.
A la chita rockeando, Salvaje Lola se está ganando nuestros corazoncitos enfundados en chupa de cuero.
Salvaje Lola tiene esa habilidad para contagiar buenas vibraciones que desprendían formaciones de nuestra escena de antaño, como Tequila y Los Ronaldos.
Con amplia experiencia previa derivada de sus anteriores proyectos, por un lado, Guillermo Alvah y Los Predicadores, y por otro Smokers Die Young, los gaditanos Guillermo Alvah, Fran García Gil y Adrían Ramírez deciden meterse en el local de ensayo a finales del añorado 2019. En poco más de un año ya habían dado forma al repertorio de su primer disco, un álbum cuya llegada se ha dilatado en el tiempo por aquellas razones que todos, de Cádiz a Wuhan, tristemente conocemos.
Grabado en La Mina con el últimamente ubicuo Raúl Pérez (Novedades Carminha, Kiko Veneno, Pony Bravo, Sen Senra, Niño de Elche...) entre diciembre de 2020 y febrero de 2021, "Que no" demuestra con creces el talento de los gaditanos para alumbrar estribillos pegadizos e himnos de hechuras power pop mientras las guitarras rugen y la sección rítmica zumba como un zepelín. Como un tsunami en plena Caleta.