El negocio de la droga es algo que tenemos presente todos los días en las noticias. La pandemia complicó el trabajo de los que se dedican a frenarlo, y por eso Pedro Espinosa, en el programa La Orilla, de 7TV, entrevistó a Ana Villagómez, fiscal antidroga de Cádiz, que explicó cómo trabajan y las dificultades que han encontrado durante el confinamiento.
Para empezar, Villagómez contó que trabajar en su departamento este último año “ha sido complicado, pero el 2020 lo fue más aún. Venimos arrastrando un retraso grande que provocó la pandemia en el ámbito judicial y procesal”.
Y es que este negocio siguió funcionando a pesar de las restricciones de movilidad, “Durante el confinamiento pensamos que la actividad iba a frenarse, sin embargo, comprobamos que seguían activos”. Y añadió “gracias a que se han dotado de más medios esta zona y el Campo de Gibraltar se han desarticulado organizaciones también durante el confinamiento”.
Para Villagómez, la necesidad es solo una excusa, ya que ponen las personas que se dedican a traficar, y es que afirmó que “sirve para vivir muy bien, tener un alto nivel de vida y comprar casas y coche de lujos. Es algo más que necesidad”.
En cuanto a la destrucción de la droga, la fiscal explicó que “se ha conseguido acelerar el proceso porque puede hacerlo la autoridad administrativa”. Sin embargo, afirmó que están teniendo problemas con las plantaciones industriales de marihuana porque se tiene que destruir “en el propio campo con una cosechadora y trituradora, pero para cuando se consigue, están robando la plantación porque es imposible custodiar 24 hectáreas de campo”.
Segun la fiscal antidroga, “el endurecimiento de las penas no sería una solución”. Para ella, la solución es que la “legislación procesal se modifique para acelerar los trámites y conseguir que una persona detenida por este motivo se juzgue pronto y podamos pedir prisión provisional”.
Finalmente, fue clara al afirmar que es imposible terminar con este negocio, porque “mientras haya demanda habrá oferta”. Y añadió que “aunque acabemos con algunas organizaciones, siempre vienen otras, sobre todo en esta zona, que hay un efecto llamada, ya que ven a personas que no les pasa o desde la cárcel siguen con el negocio”.
