El abrazo que Rafael Alberti y José María Pemán, dos escritores de ideologías antagonistas, se dieron sonrientes en los carnavales de Cádiz de 1981 ha sido reivindicado hoy por el presidente andaluz, Juanma Moreno, como un símbolo de la reconciliación y la concordia tras la Guerra Civil y que hoy, cuarenta años después, llega como "un ejemplo" a la sociedad que quiere estar "libre" de odios y resentimientos.
El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, ha puesto hoy en valor aquel abrazo que retrató el fotógrafo gaditano Kiki Hernández cuando Alberti, vestido de marinero, ofreció el pregón del Carnaval de Cádiz en la plaza San Antonio de Cádiz, y José María Pemán acudió a verle y a saludarle después.
La foto que se ha transformado en un icono de la "reconciliación de las dos Españas" ha inspirado la I Jornada Letras para la Concordia, que la Junta de Andalucía decidió organizar en Cádiz, después de que el Ayuntamiento de la Ciudad, gobernado por José María González, Kichi, retirara un busto a Pemán, la placa que le homenajeaba en su casa natal y cambiara el nombre del teatro que llevaba el del escritor gaditano en aplicación de la Ley de Memoria Histórica y su mandato de retirar simbología y honores a personajes franquistas.
La Junta de Andalucía criticó aquellas decisiones y quiso poner el foco en el Pemán que abrazó la reconciliación y en ese marco ha organizado la jornada que se ha celebrado hoy en Oratorio San Felipe Neri de Cádiz.
En ella, el presidente andaluz ha clamado por "una Andalucía donde pemanes y albertis encuentren siempre una plaza donde abrazarse y un buen motivo para hacerlo".
"Como presidente y como político en ejercicio tengo la obligación de luchar por una Andalucía que tiene que estar en concordia, libre de odio, libre de extremismos y resentimientos y de viajes al pasado que no conducen a ninguna parte", ha afirmado.
"Echo de menos la voluntad general de salir adelante todos juntos adelante, como en la Transición", ha confesado en una intervención en la que sus mensajes, además de a la crispación actual, parecían también dirigidos a su partido ya que ha pedido "respeto mutuo" y capacidad de empatizar y dialogar para buscar soluciones a los conflictos.
Juanma Moreno ha dicho que es imposible gobernar en "una sociedad que se odia, que se detesta" y ha llamado a refugiarse en la cultura como "última barricada frente a la barbaerie, y un "puente" de entendimiento que "todos deberíamos cruzar y proteger".
La Jornada, a la que han acudido familiares de Pemán, como su hijo, pero no de Rafael Alberti, pretende durante dos días analizar la obra y la vida de los dos escritores.
El director de la Real Academia de la Lengua , Santiago Muñoz Machado, ha ofrecido en su lección inaugural un semblante de dos escritores, un Alberti comunista que sufrió el exilio y un conservador Pemán que gozó de los favores del régimen franquista, que reflejan "dos concepciones completamente distintas de la vida" y fueron incompatibles como "el agua y el aceite" hasta que con los años tuvieron un acercamiento paulatino que les llevó e intercambiarse su respeto y cariño en cartas y gestos, mucho antes del abrazo que se dieron en los carnavales de 1981.
Muñoz Machado ha recordado a un primer Pemán que pensaba que fuera del catolicismo y de la monarquía sólo había "salvajismo", que "dio mucho calor" a las tropas de Franco, y fue designado por éste para cargos como el de ser director de la Real Academia de la Lengua.
En 1941, ha explicado el actual director de la RAE, "cambió de pensamiento" . empezó a ver al franquismo como "una dictadura" y a desear y trabajar para que este régimen diera paso a la monarquía. Reconoció que la contienda "había sido una guerra civil, no una cruzada" y que el futuro español debía fraguarse "con el sufragio universal y no a tiros".
Desde ese nuevo espíritu de Pemán, el escritor gaditano trabajo para que algunos de los escritores del exilio pudieran volver a España, incluido Alberti, con el que se abrazó sonriente pocos meses antes de morir, en un gesto que ahora vuelve a primer plano.