Los astronautas Robert Behnken y Nicholas Patrick, que abandonaron la cámara de descomprensión a las 02.20 GMT y regresaron a las 08.14 GMT, cumplieron con todas las tareas asignadas en las cinco horas y 54 minutos que duró el paseo, indicó la NASA en su página en internet.
Durante su salida al espacio, los astronautas completaron la instalación de las mangueras de amoníaco que enlazarán el nuevo módulo con el sistema de refrigeración de la plataforma orbital.
Asimismo, instalaron cubiertas de aislamiento térmico para evitar la condensación dentro del módulo, prepararon el puerto de acoplamiento nadir para la recolocación de la cúpula y colocaron barandillas y agarres, que facilitarán el trabajo en futuras caminatas. Precisamente cuando uno de los astronautas procedía a establecer los conductos de refrigeración del módulo, que una vez instalados permitirán que el Tranquility pueda comenzar a funcionar, se registró una pequeña fuga de amoníaco.
“Patrick levantó la cubierta del conector del nuevo módulo y vio cristales de amoníaco”, precisó la NASA.
A pesar de no descubrir partículas de amoníaco en su escafandra, el estricto reglamento de vuelo establece que los astronautas, como medida de seguridad, deberán permanecer un tiempo adicional en la esclusa de la EEI, con el fin de que los sistemas eliminen posibles restos del gas tóxico.
“Si encuentra partículas de amoníaco en la escafandra, Patrick intentará eliminarlas antes de regresar al interior de la estación”, explicó la NASA.
En tanto, el comandante de la estación, Jeff Williams, los ingenieros de vuelo Soichi Noguchi y Timothy Creamer, el piloto Terry Virts y la especialista Kathryn Hire completaron desde el interior del nuevo módulo la configuración de los sistemas y los mecanismos internos.
Antes de la caminata, los astronautas tuvieron ocasión de abrir por primera vez la puerta del Tranquility, instalado durante el primer paseo el pasado viernes, y de acceder a su interior.