Aurora Salvador responde que se encuentra bien tras una sema intensa de trabajo por el incendio que se desató en el paraje natural de Las Canteras el domingo pasado y mantuvo en vilo a Puerto Real, localidad en la que es alcaldesa, la Bahía de Cádiz y al conjunto de la provincia. Pero admite que, en realidad, en su pueblo, “bien, lo que se dice bien, no estamos ninguno”, después de ver arder unas ochenta hectáreas del pulmón verde del municipio.
Apenas un mes y medio después de empuñar el bastón de mando de la ciudad, Salvador, médica de urgencias de 53 años y madre de tres hijos, cabeza de cartel de la Confluencia de Izquierdas Para la Gente (integrada por IU, Equo y personas independientes como el ex primer edil Antonio Romero), admite que “no tenía en mi libreta” de posibles contingencias un siniestro como el que ha puesto a prueba, a las primeras de cambio, su templanza. Pero ha estado a la altura.
“Cuando llegué a la zona, poco después de que se diera la voz de alarma, un vecino me pidió que le diera un cubo del interior de una vivienda”, relata. “Le expliqué que no era mi casa, pero me dije en ese momento que soy la alcaldesa, que formo parte de todo aquello” que se veía amenazado por el fuego. Así que decidió sumarse a la cadena humana que contuvo el avance del incendio hasta que la actuación del Consorcio Provincial de Bomberos y efectivos del Plan Infoca permitió controlar la situación.
“Puerto Real ha demostrado que ama a su pueblo”, afirma sin ocultar el orgullo por la respuesta de su gente. “Utilizaron palanganas, papeleras, neveras portátiles”, todo lo que fue necesario, para transportar agua. Y cuando los profesionales tomaron el mando, “todas esas personas se pusieron a su disposición para que no les faltara de nada”, agrega.
Para la alcaldesa, la localidad ha vuelto a dar una lección sobre su capacidad de resistencia. “Lo llevamos en los genes”, remarca, y recuerda que, cuando el invasor francés estuvo a punto de conquistar España, “fuimos el último bastión en defensa de las libertades”.
Con este espíritu afronta el mandato recién iniciado. Lo adelantó en su discurso de investidura y lo acontecido el pasado fin de semana le reafirman en su compromiso de encarar el futuro con valentía. “¿De qué sirve quejarse?”, se pregunta. Eso es lo que han hecho los gobiernos locales anteriores, a los que exculpa, en cualquier caso, porque “solo hay que mirar para adelante”. Pero reitera que es el momento de tomar decisiones.
Las primeras, reconoce, no lucen políticamente. Tienen que ver con la aplicación de la nueva Relación de Puestos de Trabajo (RPT) municipal. Sin embargo, considera que esto es imprescindible para que el Ayuntamiento recupere el pulso. “Si no funciona, no funciona el municipio”, resume.
No se ha tomado descanso. Enumera las reuniones mantenidas y son numerosas. Representantes de Airbus y Navantia, las dos principales industrias tractoras asentadas en la localidad, y de los sindicatos, del Cádiz CF, club propietario de los terrenos de Delphi y la presidenta de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz (APBC), Teófila Martínez, a la que dedica, pese a las patentes diferencias ideológicas, elogios por su trayectoria política, “su alta cualificación” y el conocimiento sobre las cuestiones que son de su competencia.
No entra en detalle respecto al contenido de estos encuentros pero deja claro tres o cuatro cuestiones al respecto. “En Puerto Real hacen falta barcos”, comienza, reclamando carga de trabajo, tanto en cantidad como en calidad, en el astillero. “Y también hacen falta aviones”, añade, dejando claro que la planta del gigante aeronáutico tendría que seguir abierta aunque, si es inevitable su cierre, debe ser centro de innovación tecnológica para situar a la ciudad como referente en Andalucía, España y el resto del mundo, como tradicionalmente ha sido.
En cuanto al proyecto de una ciudad tecnológica del deporte en los suelos que ocupó otrora la multinacional estadounidense de la automoción, Salvador remarca la importancia de que, en cualquier caso, la finca no permanezca ociosa y, en el caso de que se lleve a cabo la expropiación por parte de la APBC, se muestra totalmente contraria a que se destine al tráfico y almacenamiento de graneles al aire libro. “A cubierto, lo que sea”, matiza, y emplaza a una nueva reunión con Teófila Martínez para continuar analizando éste y otros proyectos, como el de Lógica. La alcaldesa es partidaria del diálogo y de hacerlo desde una perspectiva metropolitana.
A la oposición también le tiende la mano, “porque no he venido a pelearme”. Sabe que no lo tendrá fácil. Su nombramiento tuvo en contra al PSOE (cinco concejales), AxSí (cuatro) y Vox (uno). Solo logró el apoyo de Adelante (uno). La abstención del PP (dos) fue clave. Pero afirma que tiene equipo y, sobre todo, ganas.
