El Cádiz se estrenó con triunfo en la temporada liguera. Tras un partido en el que fue de más a menos y terminó en inferioridad numérica y sufriendo ante el Alavés, los amarillos estrenan su casillero con tres puntos de oro ante un rival directo. Y ello gracias a su solidez defensiva y el tanto de Fede San Emeterio, que no desaprovechó su ocasión.
Salían los amarillos con una banda izquierda nueva respecto a la pasada temporada. Javi Hernández ocupaba el lateral que en los últimos años era “propiedad” de Espino, mientras que Darwin Machis hacía el trabajo más ofensivo. El resto del once, el esperado, salvo la ausencia del centrocampista Escalante, recién recuperado de una lesión.
Con más ímpetu arrancó el Cádiz y, a los siete minutos, una falta lateral muy cercana al área fue sacada por Javi Hernández para propiciar el primer gol. Ni centró alto ni envió el balón raso, sino con fuerza y a media altura justo para que Fede San Emeterio metiese la cabeza para estrenar el marcador.
El Cádiz había conseguido lo más difícil, abrir la lata en casa en los primeros minutos. Esta sensación, inédita en las cinco primeras jornadas del pasado torneo liguero, desbocó los ánimos en las gradas locales.
Lejos de contentarse con el resultado, los de Sergio González apretaban en busca de una segunda diana que aportase más tranquilidad en el partido ante un rival directo por mantener la categoría. Rubén Alcaraz era un pulpo robando balones en el centro del campo, mucho mejor de lo que dejó ver en el Trofeo Carranza. Sin hilvanar jugadas claras y con alguna que otra pérdida absurda de balón pasaban los minutos sin apenas peligro, pero siempre en campo visitante.
Probó fortuna Machis con un disparo seco abajo que despejó Sivera no sin problemas. El venezolano había recibido la pelota de espaldas y había sabido aguantar hasta ver el mínimo hueco y disparar.
Lo más peligroso del Alavés llegó a los cuarenta minutos. Un centro raso de Duarte fue desviado por Ledesma, que en su salida chocó con Fali. Ambos fueron atendidos sin consecuencias. Se habían hecho dueños del balón los vascos en el tramo final del primer periodo y buscaban con buenas combinaciones la portería local, mientras que al Cádiz no le duraba nada la pelota.
Con un saque de esquina que no encontró rematador acabaron los acercamientos cadistas de la primera mitad y el partido se fue al descanso.
Sin cambios en los equipos se reanudó el choque. El Alavés, obligado a atacar, dejaría más huecos que los locales intentarían aprovechar para cerrar el partido con una contra que hasta el momento no había sabido crear.
Casi se repite la historia con otro gol rápido en esta segunda mitad. Alejo botó una falta lejana, pero Chris Ramos no pudo rematarla bien y el balón se perdió por poco.
El poco juego del Alavés en ataque se iba traduciendo el colgar balones, cosa que aún quedó más clara cuando Kike García entró en lugar de De la Fuente. Hasta entonces, si ya los problemas por alto locales eran evidentes, se habían solventado sin problemas los remates vascos, pero con el nuevo ariete en escena el peligro sería mayor.
El partido era del Alavés, como en los últimos minutos del primer tiempo. Aunque sin crear oportunidades claras, jugaba en campo cadista.
Superada la hora de juego comenzó el carrusel de cambios, tres en el Alavés y dos en el Cádiz. Los vascos intentaban dar aire nuevo a su ataque y, además, retiraron a los dos jugadores amonestados. Por el Cádiz, Sobrino sustituyó a Alejo y Lucas Pires a un agotado Javi Hernández. Ambos cambios cadistas eran de hombre por hombre, sin tocar nada a nivel táctico ni de otras posiciones.
El cansancio era evidente en ambas escuadras y eso propiciaba algunas pérdidas de balón y desajustes, pero el problema del Cádiz era alejar la pelota de su área, ya que se continuaba jugando con fuego demasiado cerca de Ledesma.
A los setenta minutos, Escalante sustituyó a Fede San Emeterio, el autor del gol. Se presupone que Escalante será titular indiscutible, pero tras superar una lesión no estaba en condiciones de afrontar tantos minutos, sí de tomar el timón en el tramo final.
Un mal despeje cadista permitió probar fortuna a Guridi, pero su disparo se perdió muy alto Apenas faltaban diez minutos de tiempo reglamentario, pero los minutos extra esta temporada podrían hacer que se tratase del doble.
El Cádiz no era capaz no ya de crear peligro, sino de aguantar la pelota. Eso, unido a lo corto del resultado, mantenía los nervios a flor de piel en las gradas.
Agotó los cambios Sergio González para blindar la defensa e intentar que no pasase nada en el área cadista, pero un minuto después de pasar defensa de cinco con tres centrales Escalante vio la roja directa. El argentino saltó y golpeó con el pie la cabeza de Kike García. Fue involuntariamente, pero la falta y el castigo eran claros, así que el Cádiz jugaría los nueve de tiempo extra en inferioridad numérica.
Un disparo al lateral de la red cadista terminó en saque de esquina y las gradas explotaron para animar, el equipo lo necesitaba como nunca. Por fortuna, no pasó nada más y el Cádiz sumó los tres primeros puntos de la temporada, nada que ver con el inicio de la anterior.
- Ficha técnica -
Cádiz CF: Ledesma, Iza, Luis Hernández, Fali, Javi Hernández (Lucas Pires, min. 64), Rubén Alcaraz, Fede San Emeterio (Escalante, min. 70), Iván Alejo (Sobrino, min. 64), Darwin Machis (Álex Fernández, min. 86), Chris Ramos y Roger (Jorge Meré, min. 86).
CD Alavés: Sivera, Gorosabel, Rubén Duarte (Javi López, min. 63), Abqar, Sedlar (Rebbach, min. 63), Rafa Marín, Antonio Blanco (Benavidez, min. 63), Guevara (Sylla, min. 85), Guridi, Luis Rioja y Miguel de la Fuente (Kike García, min. 58).
Gol: 1-0: Fede San Emeterio (min. 7).
Árbitro: Díaz de Mera (Comité castellano-manchego). Amonestó con cartulinas amarillas a Sedlar (min. 48), Rubén Duarte (min. 52), Luis Hernández (min. 66), Sobrino (min. 75) y Fali (min. 83). Expulsó con tarjeta roja directa a Escalante (min. 87).
Incidencias: 19.306 espectadores en el primer partido de liga de Primera División de la temporada 2023-2024 en el estadio gaditano. Ambas aficiones disfrutaron de un día de sol y hermanamiento en torno al fútbol.