Apenas 48 horas después del atropello de autobús que causó cuatro víctimas mortales en la Avenida de las Cortes, se registró una colisión de dos turismos en las inmediaciones, con cuatro heridos leves. Este nuevo accidente ha agitado el debate reabierto este lunes sobre la seguridad en el acceso a Cádiz por el puente de la Constitución de 1812.
El lunes, horas después de la tragedia que ha roto a la ciudad, y durante la mañana del martes, numerosos testimonios han expresado su preocupación por el riesgo que entraña la circulación en el entorno del lugar del suceso.
“Los camiones y algunos coches a veces dan miedo de la velocidad que llevan”, escribía en Facebook un vecino del barrio de Astilleros. El semáforo que encuentran los conductores al inicio de la avenida “dura muy poco tiempo en rojo para la cantidad de gente que lo usa”, explicaba otro residente a los medios de comunicación.
El alcalde, Bruno García, aseguró, sin embargo, que “no me consta ninguna queja” respecto a la seguridad, “ni ha habido ningún incidente de este tipo al menos” desde que asumió el cargo.
El presidente de la Asociación de Vecinos de Antiguos Terrenos de Astilleros, José Gaviño, aún conmocionado por la pesadilla vivida en el barrio, muestra su sorpresa ante las palabras del primer edil. “El año pasado hubo siete u ocho accidentes”, asegura. Y agrega que la polémica no es nueva: “Se ha tratado en el Pleno del Ayuntamiento de Cádiz, claro que se conoce el problema”.
De hecho, Gaviño recuerda que la polémica existe desde que el puente solo estaba dibujado en los planos. El Gobierno central proyectó un paso subterráneo con desniveles para una mejor distribución del tráfico y la prevención de atascos. El Ayuntamiento, con Teófila Martínez, al frente, se opuso a ese planteamiento, argumentando que se crearían “trincheras” y se dificultaría el acceso peatonal hacia el paseo marítimo. Finalmente, la entonces alcaldesa se llevó el gato al agua, de manera que el entronque de la infraestructura con el casco urbano se realizaría por medio de una rotonda sin soterrar la vía.
El problema desde que se autorizó la circulación por el puente es que los vehículos acceden por una pendiente muy acusada, con un desnivel de casi el 5%, con una velocidad limitada a 70 kilómetros hora, que no siempre se cumple, y tienen que pasar a 40 en muy corto espacio. Todo se complica con la salida de los aparcamientos de El Corte Inglés o la salida a la raqueta del centro comercial. “Es un peligro”, asegura Gaviño en conversación telefónica con VIVA CÁDIZ. Antes, en Informativos Telecinco, afirmó que “es un milagro que no haya pasado antes” la tragedia de este lunes.
Por ello, plantea una reordenación del tráfico. “Hay que solucionarlo de manera urgente”, insiste, derivando la circulación en tres direcciones, hacia la Avenida de Huelva, calle América y Avenida de las Cortes, lo que obligaría a reducir la velocidad antes y aliviar el número de vehículos en una de las principales arterias de la ciudad.
El alcalde admitió, en cualquier caso, solo unas horas después del desgraciado atropello que la preocupación se había disparado y se comprometió a “analizar fríamente la situación” para revisar la gestión del tráfico en la zona.