Beatriz Gandullo ha emplazado a los medios a final de mes para hacer balance del sector turístico este verano, pero, a preguntas de los periodistas hoy en rueda de prensa, se ha felicitado por la respuesta a la oferta de ocio y cultura desarrollada durante estos meses, “los indicadores buenísimos” de las escalas de cruceros y la estrategia del Ayuntamiento para poner coto a la proliferación de viviendas de uso turístico y la persecución de la actividad ilegal.
Ajeno a estas declaraciones, media hora antes, en la Facultad de Medicina, uno de los tres espacios donde se ha desarrollado la XLII Reunión Anual de la Sociedad Española de Epidemiología, que ha reunido a 800 profesionales, el presidente del comité organizador Andrés Rabadán alertaba ante la cámara de 7TV del cambio sustancial que ha experimentado el modelo turístico en la ciudad.
Rabadán apuntó que los veraneantes creaban en décadas pasadas vínculos con los vecinos y la localidad porque permanecían varias semanas en Cádiz. Ahora, que la visitan durante tres o cuatro días, no. “Ya no hay barriadas, sino gente con tróleys de aquí para allá y establecimientos en los que solo se habla inglés o alemán; esto no es Cádiz”, lamentó. Esto, aseguró, genera “incertidumbre y ansiedad” entre los residentes que no han sido expulsados de sus entornos por la gentrificación o el turismo masivo. En este sentido, advirtió del impacto “en la salud mental”, especialmente “entre los niños y los más mayores, así como en adultos que se quedan sin trabajo y tienen que irse”, y planteó abordar las repercusiones desde el ámbito sanitario y político, con el fomento de viviendas públicas y la limitación de pisos turísticos.