La nueva actitud ante el alcohol no vendrá de las generaciones anteriores, sino de las que se están formando hoy, con un cambio de mentalidad como ocurre ya con los menores que dicen a sus padres que no fumen, explicó Espí en el encuentro Alcohol y menores de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.
En rueda de prensa, Espí dio la “voz de alerta” al repasar datos “intolerables” como que el 73% de los estudiantes de entre 14 y 18 años había bebido alcohol alguna vez en los doce meses anteriores a una encuesta de 2008.
Señaló como “lagunas” en la prevención del consumo de alcohol entre los menores que “no se están cumpliendo” la mayoría de leyes autonómicas en control de la venta, aunque éste suele corresponder a las policías locales, con sus propias competencias, matizó, así que ha pedido “repensar los marcos normativos”.
La subdirectora general de Salud Pública de Cantabria, Eugenia López Delgado, admitió que hacer cumplir la ley “no es fácil”, por ejemplo en la publicad, así que reclamó como “imprescindible” una legislación reguladora nacional, con margen de desarrollo autonómico, una idea compartida por el responsable de Fomento de Estilos de Vida Saludable de Galicia, Jorge Suances.
López Delgado pidió también una subida de precios y una asignatura específica y obligatoria de prevención.
La directora de Servicios Sociales y Drogodependencia de Andalucía, María Gómez, explicó que hay lugares donde la policía local tiene “serias dificultades” para controlar la venta, así que pidió una mayor sensibilización social a los ciudadanos y que denuncien los establecimientos donde se suministra alcohol a menores.
Sobre la necesidad de una ley estatal, dudó de que solucionase el problema de la prevención.
El comisionado para la Droga de Castilla y León, Fernando Martínez González, dijo que la sociedad no está preparada para una legislación de este tipo.
Es decir, hay una “impunidad total” para la venta y el consumo por menores pues no se puede poner un policía en cada rincón, así que defendió crear una “base social” propensa a las reformas legales como ha ocurrido con el tabaco.
Espí admitió que ha “fallado” la prevención, pero que no todo lo que se ha hecho hasta ahora ha sido en balde. Las campañas, indicó, deben basarse en la coordinación y el consenso de todos los agentes implicados, como las ONG, consumidores y productores, con iniciativas propias de éstos para un consumo responsable. Decir simplemente “no bebas” es como tirar el dinero.