El Cádiz debe ganar por dos goles de diferencia, no le queda otra si quiere jugar la próxima temporada en Segunda División A. La derrota sufrida en tierras gallegas obliga a remontar un 3-1 muy adverso, pero el gol marcado por Óscar Pérez en los minutos finales puede valer su peso en oro. Sin ese tanto, una diana del Lugo en Carranza obligaría a los gaditanos a marcar cinco goles para darle la vuelta a la eliminatoria, en cambio, ahora si los de Quique Setién marcan el Cádiz se aseguraría la prórroga con tres goles a favor.
El balance anotador del equipo amarillo en el play off es paupérrimo, pero un 2-0 no es un resultado descabellado y por eso la afición está respondiendo en las taquillas para que el estadio Ramón de Carranza se convierta en un horno que aporte un plus de confianza a los suyos.
Esa presión de las gradas también la notarán los visitantes, que ya cuando encajaron el gol cadista en casa demostraron su debilidad y temor a caer de nuevo en la orilla del ascenso. Para que el Carranza luzca lleno, el club ha decidido que los abonados no tengan que pagar, aunque sí deben retirar una invitación, algo lógico para controlar el número de entradas que podrán venderse.
Los abonados tienen de plazo hasta el viernes a las 16.00 para retirar esta invitación y de no hacerlo podrían perder el derecho a entrar en el estadio. Si cuando vayan a retirar su invitación su localidad ya no estuviera disponible se le entregaría la más cercana, pero si las entradas se agotaran no podrían acceder al estadio.
Por su parte, para el público en general se han estipulado precios asequibles. Una entrada de Preferencia cuesta diez euros, mientras que las de Fondos, ya agotadas ayer, tenían un coste de cinco euros. Además de las taquillas, dos líneas telefónicas funcionan sin parar para atender a quienes no pudieran desplazarse al estadio. El problema es que ayer la demanda era tal que resultaba casi imposible ser atendido, algo que terminó desesperando a muchos interesados que al final se acercaron al coliseo gaditano.
Sin embargo, pese al gran despliegue preparado por el club para entregar las entradas a todos los cadistas interesados, cierto es que los abonados que residen lejos de la capital vuelven a quejarse por el trato recibido. En la cola, un aficionado de San Roque explicaba molesto que había tenido que recoger por la zona los carnets de sus amigos para desplazarse al estadio y a retirar sus localidades.