Finales de noviembre anuncia la llegada de la Navidad y también de las temidas cenas de empresa o de amigos (temindas por el gasto que suponen). La costumbre de reunirse para celebrar la venida de un nuevo año o la finalización del que está en curso continúa, pero en los últimos años, la crisis ha dejado también su huella en este apartado de ocio, que para muchos es el único momento del año en el que pueden mantener una relación distendida con los jefes. Muchas empresas han cerrado y en otras los rigores de la austeridad y el recorte de sueldo han provocado la eliminación de estas comidas. De hecho, todos los restaurantes consultados por este periódico coinciden en que las cenas pagadas por las empresas han pasado a la historia y ya prácticamente lo que queda es que cada trabajador se rasque el bolsillo si quiere pasar un rato con sus compañeros.
Así las cosas, las tradicionales cenas o almuerzos siguen celebrándose, aunque en menor medida, y en lo que respecta al presupuesto también ha caído considerablemente año tras año, desde 2007. El sector estima que la bajada en el número de reservas con respecto a hace cinco años es del 30 o 40 por ciento.
Desde hace años se viene apreciendo una tendencia, y es que cada vez son más los grupos que deciden irse de tapas u organizar algo en la propia oficina para gastar menos. Eso está provocando que los restaurantes tengan que bajar sus precios para competir.
Este año se une otro factor que puede ser vital, y es la eliminación de la paga extra de Navidad a los funcionarios, que a buen seguro va a tener repercusión en el volumen de reservas o en el número de comensales.
Una buena prueba de ello es que si hasta el año pasado el día se reservaba con un tiempo más que suficiente de antelación porque existía la posibilidad de quedarse sin el elegido si se reservaba días antes, ahora se da la circunstancia de que no hace falta llamar con tanto tiempo. Y eso que desde los restaurantes se está tratando de facilitar y hacer atractivo este tipo de ventos poniendo precios asequibles, que incluso son iguales o más bajos que en años anteriores, pero ni con esas la gente se anima, y es que el que no tiene, no gasta, pero el que puede, tiene miedo a gastarse el dinero.
Así las cosas, las previsiones de los hosteleros de Cádiz no son muy halagüeñas para estas próximas Navidades, si bien esperan que el tirón del último momento les pueda dar una sorpresa al final.
Sólo los días fuertes
El Arte Serrano es uno de los restaurante más típicos de Cádiz para celebrar este tipo de aconcimientos sociales. A fecha de hoy, este establecimiento tiene prácticamente cubiertos los fines de semana del 14 y 15 de diciembre y del 22-23, los más fuertes. En cambio, para el resto de los días tiene sitio sin problemas, algo que era impensable hasta hace unos años a estas alturas de noviembre.
El encargado, Antonio Pérez, asegura que los clientes se lo están pensando “mucho más y les dan bastantes vueltas a los menús para buscar lo más asequible a sus bolsillos” . No obstante, Pérez cree que la gente empezará a animarse a partir de ahora, “porque lo bueno que tienen los gaditanos, al menos para nosotros los hosteleros, es que tiende a salir, y en la medida de lo posible intentan no privarse de este tipo de eventos, eso sí, prestando más atención a lo que gastan”.
Y razón no le falta, porque el hecho de mantener el puesto de trabajo con los tiempos que corren, es para celebrarlo.
El Viajero es otro de los restaurantes que más de moda están ahora en la ciudad, a pesar de su lejanía (está emplazado en el Paseo Marítimo, a la altura de la Glorieta Zona Franca). Jesús Bianquetti, uno de sus propietarios, asegura que, por ahora, las reservas están llegando con mucha más parsimonia que nunca: “Puede ser que sea por lo de la paga extra de los funcionarios y porque la ciudadanía está temerosa y tiene miedo a gastar por lo que pueda pasar”.
Este año, Bianquetti ha ajustado los precios, de manera que ofrece menús por 18, 22, 26, 28 y 34 euros. La mayoría opta por el de 22, que es el intermedio, “porque el público ya no presta tanta atención al contenido del menú, lo que quieren es reunirse y que no les salga por un pico, aunque a nosotros vamos a ofrecer siempre calidad, con independencia del menú que se contrate, la prueba es que la gente repite”.
Por ahora, los únicos días que El Viajero tiene completo son el 14 y el 21 (en la hora del almuerzo, porque para las cenas, aún tiene sitio).
El Arsenio Manila es otro de los lugares de moda, sobre todo, entre las plantillas más jóvenes. Por ahora, es uno de los establecimientos más demandados, y la prueba es que los fines de semana más fuertes los tiene al completos. Su encargado, Toni Fernández, coincide con el resto en que este año la gente está más pendiente de los precios, “lo que nos obliga a ser más competitivos”. Por el momento confía en que el resultado de esta campaña de Navidad sea similar a la del 2012, aunque reconoce que las reservas han tardado más en llegar. Eso sí, admite que el año pasado ya se produjo un descenso considerable con respecto a 2010.
El Cantábrico, el descubridor de los cotillones para muchos gaditanos, está más preocupado porque a estas fechas no se ha producido ninguna reserva. Su encargado, Francisco Sánchez, lo atribuye especialmente al recorte que han sufrido los empleados públicos, por lo que intuye que la campaña va a ser mala.
Para los comerciantes los augurios no van por los mismos derroteros. Según las preivsiones, en 2012 sólo subirá el consumo en droguería (un 0,6 por ciento) y en alimentación (un 0,1 por ciento) especialmente en alimentos saludables, dieta y preparados. En cuanto al gasto medio por hogar según el tipo de consumidor, los únicos que aumentarán ligeramente su gasto son las parejas con hijos, en especial las que tienen hijos mayores (con un 1,8 por ciento más de gasto que en 2011), seguido de los hogares monoparentales con hijos (1 por ciento). Los consumidores independientes -tanto los jóvenes como los mayores- recortarán su gasto medio en un 3,3 por ciento.
El comercio tradicional no creará empleo
La supresión de la paga extra para los empleados públicos, la subida del IVA y la persistencia de la crisis provocan que casi el cien por cien de los comerciantes apueste por encarar la Navidad con el mismo personal de siempre, según el sondeo realizado por este periódico. En todo caso, las contrataciones serán para refuerzos “muy puntuales”, y para días muy concretos, pero nada que permita llevarse un sueldo a casa.
Hasta la llegada de la crisis, tanto el comercio de proximidad –las tiendas de barrio y los supermercados– como las grandes superficies realizaban cada año un volumen de contratación de entre 2.000 y 6.000 personas. A partir de 2009 esa tendencia se fue reduciendo hasta quedar en cifras prácticamente anecdóticas.
Más optimistas son las Empresas de Trabajo Temporal. Adecco y Randstad, dos de las principales del sector, confían en mantener la cifra del año pasado. Adecco estima que entre noviembre y enero se realizarán alrededor de 14.100 contratos en Andalucía, los mismos que en el mismo periodo de 2011, de los que unos 1.500 vendrían a Cádiz. Sin embargo, reconoce que antes de la crisis las contrataciones crecían en estos meses un 30 o 40 por ciento.
El perfil más buscado será el del promotor comercial para grandes superficies con capacidad para abordar al cliente de forma ininterrumpida y así alcanzar al mayor número de consumidores posible.
Randstad prevé que la campaña de Navidad genere este año en Andalucía 35.357 contratos –unos 4.000 en Cádiz–, lo que supone un descenso del 5 por ciento si se compara con el año pasado. La demanda se centra en el comercio y en la gran distribución, en la industria de la alimentación y bebidas, logística y transporte, hostelería y restauración, ocio y empresas de turismo. En su mayoría, los puestos son estacionales: animadores de fiestas, empaquetadores, extras para Nochevieja o promotores comerciales.
Según Randstad, el perfil de demandantes también ha cambiado. De jóvenes estudiantes que años atrás aprovechaban este periodo para ganar un dinero extra y adquirir experiencia laboral se ha pasado a candidatos de entre los 25 y 35 años, desempleados, y con una formación de estudios secundarios.
Los sectores más vinculados a la Navidad y, por tanto con el consumo, serán los que generen más puestos de trabajo: alta perfumería y cosmética, juguetería, alimentación, distribución, imagen y sonido e incluso hostelería.