Y queda mucho por limpiar. La Semana Santa conlleva infinidad de dispositivos de seguridad, de limpieza, de contrataciones eventuales, de acciones concretas por parte de las administraciones y empresas. Durante nueve días, la ciudad se ve inmersa en la celebración de esta festividad, con las procesiones de las distintas hermandades y cofradías, así como con el trasiego continuado de gaditanos y turistas que aprovechan estos días festivos para conocer la capital o pasar unos días en ella. Aunque los datos de ocupación no han sido muy positivos este año, no se puede negar que las calles de Cádiz estaban llenas la mayoría de los días de esta Semana Santa.
Ahora, también conlleva esfuerzos por parte de los dispositivos de limpieza de la ciudad que vuelven a poner en jaque el funcionamiento de la delegación municipal de Medio Ambiente.
Las calles del centro comercial de la ciudad, la denominada carrera oficial, en su mayoría siguen apareciendo llenas de cera. Apenas si ha aparecido la máquina que a presión levanta la resina de las procesiones gaditanas, según los vecinos.
Calles como San Francisco o Ancha ofrecen una imagen “lamentable”, con la cera acumulada, que va cogiendo un color negruzco por el paso continuado de transeuntes. Desde el Ayuntamiento se emitía una nota de prensa informando del refuerzo del dispositivo de limpieza de cara a la Semana Santa. Un comunicado oficial muy similar al de años anteriores, donde incluso se repite el modus operandi: “Para evitar su acumulación, el lunes día 10 de abril, en turno de mañana, se iniciarán los trabajos de limpieza de la cera del viario público”.
Si bien es cierto, como dicen los vecinos del entorno de la calle Ancha y de San Francisco, otros años a estas alturas de la semana, las labores de limpieza habían cumplido su objetivo, que las calles “lucieran limpias y sin restos de cera en sus baldosas”. A día de ayer estas dos céntricas calles ofrecían imágenes, que han remitido a este medio vecinos del entorno, donde se pone de manifiesto que el dispositivo de limpieza “deja mucho que desear a quienes pagamos los impuestos”, confirman estos vecinos.
El Ayuntamiento de Cádiz, ponía en marcha un dispositivo compuesto por 387 de operarios y con distintos turnos, que comenzaban atendiendo la salida de los templos con el barrido, dice el comunicado.
