La sección primera de la Audiencia Provincial de Cádiz ha absuelto al tripulante de un crucero Disney, que se estaba reparando en el astillero de Cádiz, de haber violado a una compañera en un camarote "al no existir prueba de cargo suficiente".
Según la sentencia a la que ha tenido acceso Efe, el acusado, un ciudadano de Santa Lucía de 29 años, trabajaba en el barco Disney Wonder, que era reparado en la factoría de Navantia de Cádiz y mantenía una relación con una compañera de trabajo, de 26 años.
El 12 de octubre del 2016 ambos asistieron por separado a una fiesta en el barco Rhapsody, donde "bebieron con abundancia" y surgió una fricción entre ellos "porque el acusado no quería besarla, lo que provocó malestar en ella".
Tras la fiesta, la mujer regresó a su camarote, adonde acudió también el acusado y, según los hechos probados de la sentencia, "tuvieron relaciones sexuales consentidas", aunque ella sufrió lesiones en la espalda al tirarse encima del acusado y golpearse en la cama.
Por la mañana, se despertaron y mantuvieron una nueva relación sexual, tras lo cual el hombre se marchó a trabajar.
Dos días más tarde la mujer comunicó a la médico del barco que había sufrido una agresión sexual, aunque la profesional sanitaria no apreció lesiones ni restos de semen.
Según el tribunal la única prueba de cargo era la declaración de quien se presentaba como víctima, algo que entraña "especial dificultad" para su aclaración.
La jurisprudencia indica que "en mayor medida la necesidad de que la declaración de la víctima resulte corroborada objetivamente por elementos extraños a la propia declaración".
"El testimonio de la víctima no es suficiente para acreditar la existencia de violencia y falta de consentimiento que describe" y refleja, además, que el tribunal tiene "serias dudas sobre que las relaciones supuestamente mantenidas no fuera consentidas o hubiese habido un uso de la fuerza".
Para justificar esta consideración, la sentencia se basa en conversaciones por Whatsapp entre víctima y acusado posteriores a los hechos.
"Mantuvieron una conversación normal, ella no recriminó su conducta y, de hecho, le pidió que volviera a su camarote porque se sentía encerrada", recuerda el fallo judicial.
La Audiencia de Cádiz concluye que el relato de la víctima y la fuerza que describe "no es coherente y compatible tampoco con la ausencia total de lesiones".